EPÍLOGO

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El sol aún estaba surgiendo en el horizonte cuando Taehyung abrió los ojos aquella mañana, sepultado como siempre bajo la densa montaña de músculos de era su marido, y sonrió para sí mismo. Habían pasado más de 5 años desde la noche que cambió sus vidas para siempre, pero Taehyung aún se despertaba cada mañana fascinado por estar ahí, junto a Jungkook, su Jungkookie. Llevar media década de relación con él, y casi tres años de matrimonio le seguía pareciendo un sueño por el que no podía estar más agradecido.

Cuando miraba hacia atrás, no podía entender como un hombre tan maravilloso se había enamorado del Taehyung que era entonces, en el cual ya hacía tiempo que no se reconocía. Con el tiempo, la terapia, y el apoyo de su maravilloso mejor amigo y su más que maravilloso novio, fue dejando atrás aquella persona depresiva, insegura y sin autoestima que era, y poco a poco se permitió ver su valía. Y los progresos que había hecho desde entonces habían sido notables no sólo para él, sino para el mundo entero: Volvió a la universidad para completar su diploma en Ciencias Económicas (lo cual consiguió con una media de sobresaliente), y comenzó a trabajar en Boragu, esta vez en el departamento de Finanzas.

Por supuesto, Jungkook quiso darle un puesto directamente, sabiendo de lo que era capaz, pero Taehyung se negó a ello. Si lograba algo, quería que fuese por sus propios méritos y no por ser la pareja del jefe. Así que se presentó al programa de becarios para ser seleccionado de forma justa, trabajó duro para conseguir progresar dentro del departamento, y se aseguró de que fuese su valía, y no sus contactos, lo que le hiciese prosperar.

Como no podía ser de otra forma, eso supuso varias discusiones con el CEO, quien no entendía por qué no quería su ayuda, y presionaba a los jefes de Taehyung para que no le hiciesen trabajar tan duro, o hacer horas extra. Pero una mirada de desaprobación por parte de Taehyung hacía que el señor Jeon pusiese cara de arrepentimiento mientras protestaba adorablemente porque no le dejase ayudarle, para sorpresa del resto de trabajadores. Nadie se podía creer cómo el implacable señor Jeon, que tenía aquella fama de convertir a todos en piedra con una mirada como Medusa, pareciese un inofensivo cachorrito al que habían regañado por morderle las zapatillas a su dueño.

Era por ello por lo que Taehyung estaba tan orgulloso de sí mismo: A pesar de que fue un verdadero escándalo cuando se supo que el CEO y su secretario tenían una relación sentimental, Taehyung pudo con el tiempo demostrar que no era ningún cazafortunas ni recibiría tratos preferenciales, y se ganó el respeto de todos a base de trabajo duro. Pasó de ser secretario, a becario de finanzas, a empleado, a coordinador del programa de becarios. Y se permitía ser ambicioso, soñar con llegar a ser jefe de equipo o incluso de todo el departamento. Porque ahora, sabía que podía hacerlo, porque era bueno en su trabajo.

— Buenos días, gummybear —dijo Jungkook con voz ronca, dándole un breve beso en los labios casi por costumbre- ¿Llevas mucho rato despierto?

— Que va—respondió Taehyung devolviéndole otro, acariciando el brazo de su marido—¿me liberas?

— No sé, no sé... —respondió Jungkook con voz pensativa y una mirada traviesa, estrechando sus brazos alrededor de él —Yo creo que no, me apetece mucho más darte unos cuantos mimitos más en la cama...

— Mi amor, hoy tienes la reunión con los inversores a primera hora, no puedes llegar tarde...

Por toda respuesta, Jungkook gruñó con disconformidad, soltándole y rodando sobre la cama para sentarse.

— Veeenga, conejito... que si te portas bien te hago el zumito de manzana y zanahoria que tanto te gusta para desayunar—dijo Taehyung poniéndose de rodillas sobre la cama y abrazándole por la espalda.

Kim's secret [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora