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Al tercer día, Spreen estaba despertando por el delicioso olor a comida que llegaba a su nariz

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Al tercer día, Spreen estaba despertando por el delicioso olor a comida que llegaba a su nariz.

Sentía el cuerpo entumecido y adolorido, especialmente su cadera. Apenas podía mantenerse en pie sintiendo como algo bajaba de su entrada.

Recordando lo que había hecho durante dos días seguidos, era obvio lo que resbalaba por sus piernas.

De metió a la ducha completamente avergonzado. Su padre iba a matarlo si se enteraba que su querido cachorro ya no era virgen sin haberse casado primero.

Cayendo en cuenta que habían pasado 2 días fuera, había dejado a Ray solo.

Se apuró en limpiarse completamente intentando que el olor de Fit dejara su piel, pero fue imposible.

Al salir no encontró su ropa por ningún lado, percatándose del desastre que era la habitación.

A su mente llegaron los recuerdos de aquellos dos días donde se entregó al alfa una y otra vez.

Por suerte tenia dentro de su inventario una mochila donde mantenía ropa limpia, aunque lo único que no tenía era alguna playera o camisa. Así que agarro una del closet del alfa, el cuál también estaba hecho mierda.

Que carajo hizo para dejarlo así?

Cuando termino de abrochar los últimos botones de la camisa la puerta de la habitación fue abierta dando paso al alfa.

El ruido lo hizo voltear de inmediato directamente al alfa, este ya estaba limpio y vestido, bueno casi, no llevaba nada en la parte de arriba.

Esto hizo que Spreen se sonrojara al verlo, nuevamente su mente le hizo recordatorio de lo que había hecho con ese alfa, haciendo que su sonrojo aumentara.

Fit al verlo tan rojo imagino lo que pasaba por la mente del omega, provocando que el también se sonrojara.

— No hemos comido estos días, debes tener hambre, ya preparé algo — El alfa hablo y el rugido del estómago de Spreen pidiendo alimento se escuchó.

El omega llevo sus manos de inmediato a su vientre, avergonzado asintió.

Los dos bajaron al comedor, sentándose en la barra que estaba cerca de la cocina, estando frente a frente.

Spreen no perdió el tiempo empezando a comer de inmediato teniendo en mente que tenía que regresar con Ray.

Al terminar Spreen no sabia que hacer, no sabia si Fit lo dejaría ir tan fácil, después de todo ahora era un traidor.

— Te llenaste? — El alfa pregunto.

Las orejas de Spreen se alzaron en sorpresa.

Dando un asentimiento y un susurro de "si" al final.

Se quedaron en silencio unos minutos, los cuales provocaban ansiedad en Spreen ante la falta de habla del mayor, quien solo lo miraba.

Arto del silencio decidió él romper el silencio, sus padres le había enseñado a siempre tomar la iniciativa si quería conseguir algo.

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