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Los niños corrían lo más rápido que podían, la noche ya había caído sobre ellos y los monstros se hacían presente, comenzando a atacarlos.
Chayanne, Bobby, Leo y Dapper se encargaban de proteger a sus demás hermanos más pequeños de los ataques.
Ramón fue quien tomó la delantera guiando los demás, detrás de él iba Ray soltando lágrimas, recordando las palabras de de Spreen, de su madre. Ahora era su hijo, pero nuevamente se habían separado.
Ramón lo miraba de reojo, él también estaba triste de separarse otra vez de su madre, pero se obligaba a ser fuerte, tenían que llegar rápido con los demás adultos.
Tomo la mano de Ray, apretándola si mirarlo, concentrando su vista delante de él.
— Se fuerte hermanito, pronto volveremos a ver a nuestra madre. Pero primero tenemos que llegar con nuestro padre Fit —
Ray lo miro aun con lágrimas en sus ojos, pero le devolvió el apretón de manos, soltando un fuerte "Si"
Lo pequeños siguieron su camino enfrentándose a varias criaturas de la noche, los mayores mucho más lastimados que los menores, pero al menos ya estaban cerca del muro.
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Missa se encontraba sentado sobre la orilla del muro mirando las estrellas, se sentía solo sin su hijo.
Philza llego a su lado colocando una manta sobre él, la noche se sentía más fría de lo habitual.
El alfa se sentó a su lado y él se recargo contra su hombro. Su vista cayo mirando como de entre los arboles salían varios niños siendo perseguidos por diferentes criaturas.
De inmediato se puso recto, Philza lo miro, preguntándole que pasaba.
El omega señalo a lo lejos — Esos no son...? — Susurro apenas.
