OLIVIA

148 14 1
                                    

Aquella noche, soñé con Leo, fantasmas y tierra.
No entendía dónde me encontraba, todo era oscuro y frío. No sabía dónde ir, y no quería moverme en aquella fría oscuridad. Un leve martilleo se escuchó por la estancia. Una ligera sensación de bienestar envolvió mi pecho, avanzándome a continuar. Me sorprendí a mi misma llamar a Leo. Era la única persona que sabía que daba aquellos martilleos. No me preguntes por que, todos los martilleos eran iguales, pero simplemente sabía que era Leo quien martilleaba en algo. Empecé a caminar rumbo a aquel sonido con cautela, viendo una ténue luz al final. Eso me hizo acelerar el paso.
La luz iba alumbrando la estancia, me encontraba rodeada de tierra y piedra, así que solamente podía significar que me encontraba bajo el suelo. No se trataba del Búnker 9, no se parecía en lo absoluto. Me encontraba en un pasillo estrecho, y a lo lejos los sonidos metálicos rítmicos aumentaron su volumen: "BAM BAM BAM BAM". Continué hasta que legué a la apertura del pasillo. Al final, terminaba en una sala más amplia, que si me recordaba al Búnker 9, repleta de mesas a rebosar de planos y prototipos a medio construir.

De pie frente a una mesa, vi una figura familiar. No necesité que se diera la vuelta para saber quien era, reconocería sus rizos oscuros dónde sea. Pero algo andaba mal. Estaba trabajando en algo, pero mi piel de gallina me indicaba que estuviera alerta. Pocos segundos después, tras Leo terminar de golpear algo con un martillo, se giró. Di un paso atrás, asustada, cuando vi que sus ojos no eran los típicos avellanas cálidos de siempre, eran completamente dorados, lo que indicaba que estaba poseído por un eidolon.
Mil y una dudas anidaron en mi mente. ¿Por qué estaba poseído? ¿Piper no los había echado? ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estábamos?

Se acercó a la mesa más alejada, y fue entonces que me acerqué a él con cautela y vi una escena horrible: me vi a mi misma tirada encima de la mesa, inconsciente y con la frente abierta en una herida que no paraba de sangrar.

Sepultadas bajo el dominio del polvo
Cuídate de él todo lo que quieras, pero vas a terminar quemándote con su fuego.

Aterrada, me acerqué a Leo, en sus manos había una esfera, no entendía lo que iba a hacer aquel aparato, pero me asustaba el modo en el que se acercaba a mi. Unos extraños cables aparecieron del interior de la esfera, incrustándose en mis extremidades. Casi parecía ser la escena del Doctor dándole vida a Frankestein, la diferencia es que a mi Leo estaba a punto de desvivirme.

—Despierta, Olivia. —dijo Leo.

Me desperté con la sensación de que mi cuerpo acababa de recibir un rayo de Jason. Jamás había sido electrocutada, pero supongo que era así cómo se sentiría. Mi cuerpo estaba cubierto de sudor, y mi pecho subía y bajaba rápidamente. Llevé mis manos a mi cabello, apartando los mechones pegando a mi frente. No me encontraba bajo el suelo, estaba a salvo en mi camarote en el Argo II.

—Debo estar volviéndome loca... —murmuré.

Me fui a dar una ducha, tratando de tranquilizar mi agitada mente y corazón. Leo no podía hacerme eso, era un eidolon. Pero los eidolon habían prometido bajo el juramento de la Laguna Estigia que no iban a poseernos. ¿Pero entonces qué era? Tal vez era la impresión que me había llevado al ver a Leo, Jason y Percy siendo poseídos.
Al salir me había vestido con unos shorts deportivos negros que me llegaban al muslo, junto a una camiseta del campamento mestizo manga corta y una chaqueta gris. Nada más hube salido del baño, escuché al entrenador Hedge chillar. Pero no era el típico "¡Morid, morid, machácalo Chuck Norris!" Sino un "Os parece normal esto?! Ni en todos mis años de sátiro he visto esto! Ni en la escuela del Monte! Vergüenza debería daros!"

No entendía que pasaba, pero los gritos provenían del comedor, por lo que subía curiosa. En el comedor, Jason y Piper estaban quietos, mirando todo como si se tratase de un partido de tenis, Frank estaba nervioso, mientras Leo sonría y no paraba de murmurar "Memorable. Memorable". Hazel estaba cabizbaja, de nuevo escandalizada por algo, sin parar de abanicarse la cara. Ahora no era capaz de vernos a mí, a Leo, y a Percy y a Annabeth." En el centro, el entrenador Hedge le daba la bronca a mi hermana y a Percy.

χαρμολύπη [Charmolipi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora