[Mikhail Colleman]
Me quité la camisa despacio y la tiré en una esquina del baño, estaba manchada de sangre por lo que tendría que lavarla luego, suspiré, el cansancio recorría cada lugar en mi sistema, no había dormido bien y tampoco me sentía del todo bien, pero si mamá se daba cuenta me tendría descansando un día completo y no soporto estar sin hacer nada.
Mi móvil sonó y fui hasta la cama para tomarlo, era hora de tomarme las pastillas y como cada día mamá vino a checar que me las estuviera tomando, estaba por tragarme la maldita pastilla en cuanto entró por la puerta.
—Bien, espero que sigas así—mencionó, sabía que tenía miedo de que yo dejara el tratamiento, heredar esto de mi abuelo no estaba en mis planes, pero que podía hacer.
—Hace dos años que me repites lo mismo, te he dicho que no lo volveré a hacer—dije casi en un susurro, pero estaba seguro de que mamá me había escuchado, mi padre solía hablar así todo el tiempo, pocas veces levantaba la voz, al menos era así en casa, fuera era temible .
—Sabes que me preocupo, todos lo hacemos.
—Soy el único que nació con esta enfermedad así que te entiendo, ser bipolar no es algo lindo, pero también quiero tener algo de libertad madre.
—No me hables tan fríamente.—me miró amenazante—Me recuerdas a tu padre cuando .....no.....no importa.
—¿Podrías curarme esto?—me giré y oí su exclamación al mirar la herida horizontal a un lado superior de mi espalda .
—Claro—dijo con voz temblorosa—Tengo tantas ganas de que dejes de una vez esas carreras, ¿Ahora con que te estrellaste?.
—Un matorral con espinas.
—¡Oh, dios mío!.
Reí suave y seguidamente siseé por el apretón de mamá sobre la herida en mi espalda, en ese momento la puerta se abrió y mi padre entró con el porte que siempre llevaba .
—¿Cuantas veces van ya este mes?.
—Creo que cuantro, si sigues así tu espalda se llenará de cicatrices y entonces no podrás trabajar en lo que te gusta.
—Tranquilos, ésta fue mi retirada, quiero enfoncarme en mi trabajo a partir de ahora—les dije a ambos y sentí la tensión en el ambiente disiparse .
Siempre estaban preocupados por mí, y aunque podría ser algo lindo no lo era para nada, era más agobiante que otra cosa, todo el tiempo atendiéndome par que no se me olvidarán las pastillas o que no me rehusara a ir a terapia .
Después que mamá terminó que curar la herida dormí un poco y me levanté más o menos a las diez de la mañana del día siguiente ya que había llegado tarde, solía participar en carreras clandestinas y esa era mi pasión, aunque era más un hobbie, realmente mi trabajo actual me gustaba aunque a veces era tedioso .
Todos mis tíos habían venido de vacaciones, era la temporada del año en que lo hacían entonces la mayoría de mis primos y mejores amigos estaban aquí.
Me duché y después de ponerme un juego deportivo para salir a correr bajé a la primera planta a la primera que vi fue a mi hermana desayunando.
Mikaela era como la oveja negra de la familia, era rara, aunque muy hermosa, era bastante parecida a mamá, tenía rasgos de papá como el color pálido de la piel y algún que otro facial, en realidad tenía el cabello castaño un poco por debajo de los hombros y los ojos cafés iguales a los de mamá.
No era muy alta y su personalidad era un enigma para muchos ya que podía comportarse de cualquier forma, esa mañana tenía una de sus raros trajes, una falda negra con botas militares y un crop top de encaje aunque no era exhibicionista, era discreto y de colores oscuros.
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Una Mentira Mortal [COMPLETA]✔️
RomanceEllos dos son desconocidos en lo profundo de su alma , él almacena una maldad oscura y obsesiva y ella no la conoce , ella tiene sus propios demonios internos y él no los conoce a pesar de que han compartido la mayor parte de la vida. A ella se le...