ESFUERZO.... CAP (37)

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Existen momentos en los que uno se desvive por estar bien con los demás, invirtiendo energías infinitas en complacerles y asegurarse de que se sientan apreciados. Sin embargo, a menudo, esa misma gente no se da cuenta del inmenso esfuerzo que hacemos para mantener una fachada de bienestar, cuando en realidad, internamente, nos encontramos desmoronándonos.

Es agotador fingir una sonrisa cuando nuestros propios pensamientos están inundados de tristeza y desesperanza. Nos pesa el corazón al darnos cuenta de que el tiempo y la energía que invertimos en los demás queda en un segundo plano, mientras nuestras propias batallas internas nos arrastran hacia la oscuridad.

La soledad se vuelve un compañero constante cuando estamos atrapados en la dualidad de querer apoyar a los demás y aguantar nuestras propias luchas. Nos sentimos invisibles, incomprendidos y anhelamos que alguien comprenda nuestro dolor silencioso. Pero, lamentablemente, aquellos a quienes más nos esforzamos en agradar, parecen ignorar por completo nuestras propias batallas emocionales.

Es desgarrador darse cuenta de que, a veces, depositamos todas nuestras esperanzas en la atención de los demás, solo para ser decepcionados una vez más. Los demás pueden no entender el peso que cargamos en nuestros corazones y la lucha diaria que enfrentamos para mantenernos a flote mientras desvanecemos nuestras propias penas y preocupaciones en favor de su felicidad.

En medio de esta tristeza, es fundamental reconocer nuestra propia valía y cuidado personal. No podemos continuar sacrificándonos en silencio por el bienestar de los demás, mientras dejamos de lado nuestra propia salud mental y emocional. Debemos aprender a establecer límites saludables y comunicar abiertamente nuestras propias dificultades, sin buscar la aprobación de aquellos que no pueden ver más allá de sus propios intereses.

Nunca debemos olvidar que merecemos amor, comprensión y apoyo, tanto como cualquier otra persona. Aprender a priorizarnos

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