AVECES NECESITAS DISTANCIA PARA SABER QUE QUIERES CAP (74)

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A veces necesitas distancia para sentir el eco de lo que se ha perdido, para encontrar un vacío en tu pecho que late al ritmo de un corazón que ya no está. Necesitas la soledad como compañera fiel, que susurra al oído tus recuerdos y te sumerge en la nostalgia de lo que fue y ya no es. Y en medio de la oscuridad, te das cuenta de que lo que más deseas tener cerca es el calor de un abrazo que ya no existe, la presencia de una voz que se desvaneció en el silencio.

Así, en medio de la distancia y el dolor, comprendes que a veces el precio de la libertad es la pérdida, que el camino hacia la claridad puede estar pavimentado con lágrimas y susurros de arrepentimiento. Y en ese instante de lucidez, te enfrentas a la verdad cruda de que lo que una vez creíste tener cerca se desvaneció en la distancia, dejándote con un vacío que sólo el tiempo podrá llenar.

Es un sentimiento tan poderoso que puede elevarnos a las alturas más sublimes o hundirnos en las profundidades más oscuras. A veces, el amor puede ser nuestro mayor regocijo, nuestra fuente de inspiración y nuestra razón para seguir adelante. Pero, en ocasiones, el amor puede convertirse en nuestro mayor tormento, desgarrando nuestros corazones y dejando cicatrices imborrables en nuestras almas.

El amor nos lleva a experimentar una amplia gama de emociones, desde la felicidad más desbordante hasta la tristeza más profunda. Nos hace vulnerables, nos hace fuertes, nos hace humanos. Y, a pesar de todos los desafíos y obstáculos que enfrentamos en nombre del amor, seguimos buscándolo, anhelándolo y ansiándolo, porque en su esencia más pura y verdadera, el amor nos conecta, nos transforma y nos completa.

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