Cada palabra susurrada se convierte en una daga invisible que se clava en lo más profundo del alma, recordándome las heridas del amor perdido, las cicatrices emocionales que nunca sanan por completo.
El dolor de amar se asemeja a un fuego que arde lentamente, consumiendo cada rincón del corazón con una intensidad insoportable. Las lágrimas derramadas en silencio son testigos mudos de los amores que se desvanecieron en la oscuridad de la noche, dejando solo el eco vacío de lo que una vez fue.
A veces, el amor se convierte en una carga pesada que arrastramos a cuestas, un recordatorio constante de nuestras vulnerabilidades y fracasos emocionales. Amar, a pesar de todo, nos sumerge en un abismo de emociones contradictorias, donde la felicidad y el sufrimiento se entrelazan en un baile interminable de esperanza y desolación.
"Amar a veces duele" tanto que el corazón se convierte en un campo de batalla, donde las promesas rotas y los sueños destrozados yacen dispersos como escombros de un naufragio emocional. Pero, a pesar de todo, seguimos amando, porque en la fragilidad de nuestras emociones encontramos la verdadera esencia de nuestra humanidad.
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LO QUE PIENSO
DiversosHi con mucho entusiasmo, les presento mi libro, una obra nacida del corazón de una chica de 16 años que busca cumplir sus sueños a través de las palabras. En estas páginas plasmé mis emociones, mis pensamientos y mis anhelos, con la esperanza de que...
