Todos pensaban que Sunoo tenía suerte por estar comprometido con el heredero de un trono. Sunoo no cree tener suerte.
Sunghoon es un bastardo frío,
despreocupado y dominante, que utiliza tácticas clandestinas para lograr sus objetivos y que, o bie...
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—¿Perdón? —Dijo el Alto Adepto.
Sunoo apartó los ojos del rostro inescrutable de Sunghoon y miró al Alto Adepto.
—Me gustaría hablar con mi compañero en privado —dijo Sunoo—. No tardará mucho.
Una pequeña arruga apareció entre las cejas del Alto Adepto, pero él asintió y salió de la habitación con un aire no impresionado a su alrededor.
Sunoo frunció el ceño a su espalda, dándose cuenta de que el monje probablemente pensó que Sunoo había pedido la demora para poder rogarle a Sunghoon que no rompiera su vínculo.
—¿Qué es? —Dijo Sunghoon, su mirada aguda mientras sus ojos gris plateados escudriñaban las paredes.
Sunoo inhaló profundamente y, por primera vez, intentó iniciar una comunicación telepática con Sunghoon. Sin el vínculo, debería haber sido imposible, pero él era un telépata de alto nivel, así que lo intentó.
Si Sunghoon podía meterse en su mente y comunicarse, no había ninguna razón para que él no pudiera hacer lo mismo.
Llegar a la mente de Sunghoon no era un problema; la fea barrera impenetrable que bloqueaba el camino lo era. Sunoo la tocó tentativamente, su estómago en nudos. De repente se sintió de catorce otra vez, preparándose para el rechazo.
Pero la barrera cedió, dejándolo entrar, no profundo, pero lo suficientemente profundo para la comunicación.
—¿Crees que es seguro hablar en voz alta? —Preguntó, sintiéndose incómodo de repente.
La mente de Sunghoon se sentía desconcertantemente familiar. Demasiado familiar.
Le tomó un momento darse cuenta de por qué. Había estado haciendo todo lo posible por no pensar en la fusión telepática ilícita por la que había rogado la última vez que habían tenido relaciones sexuales. Pero era difícil fingir que nunca había sucedido ahora que incluso el toque superficial de sus mentes lo hacía temblar de entusiasmo por más. Joder, esto había sido una idea terrible.
—No puedo sentir a nadie más cerca, pero comunicarse telepáticamente es probablemente más seguro —respondió Sunghoon, caminando hacia él—. ¿Qué quieres? —Dijo en voz alta, deteniéndose frente a Sunoo.
Estaba tan cerca que Sunoo podía oler el aroma terroso y masculino de su loción para después del afeitado. La corbata de Sunghoon estaba un poco floja. Sunoo se humedeció los labios con la lengua, su corazón latía tan rápido y fuerte que se sintió un poco mareado.
—¿Estás seguro de que deberíamos hacer esto? —Dijo en voz alta en caso de que alguien estuviera escuchando—. ¿Estás seguro de que puedes manejar al Alto Adepto? ¿Eres más fuerte que él?
La expresión de Sunghoon cambió un poco.
—No lo sé —dijo, su mirada fija en Sunoo—. Hay susurros en el Consejo de que logró su alto rango usando métodos muy dudosos. Sin mencionar que la muerte del viejo Alto Adepto ciertamente levantó algunas cejas. Había estado en perfecto estado de salud, por lo que su repentina muerte fue bastante sospechosa, aunque no había pruebas de que su sucesor tuviera algo que ver con eso.
