Todos pensaban que Sunoo tenía suerte por estar comprometido con el heredero de un trono. Sunoo no cree tener suerte.
Sunghoon es un bastardo frío,
despreocupado y dominante, que utiliza tácticas clandestinas para lograr sus objetivos y que, o bie...
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—¿Has perdido la cabeza?
Sunoo casi se estremeció por la ira en el rostro de la Reina, a pesar de que esa ira no estaba dirigida a él.
Sunghoon se encontró con la mirada de su madre sin pestañear, su rostro absolutamente inescrutable. Si todavía no estuviera usando la misma ropa que había llevado al baile, Sunoo no habría creído que este hombre orgulloso y arrogante era capaz de arrodillarse para alguien.
El mero recuerdo de ello lo hizo querer sonreír, lo cual difícilmente sería apropiado en esta situación. La reina Tamir estaba furiosa. Yuna había estado igual de furiosa, pero ella no había regresado con ellos al Segundo Palacio Real, dejando el baile con sus padres después del escándalo.
A diferencia de su esposa, el Rey-Consorte parecía estar dividido entre la conmoción y la confusión. Jake y Heeseung no habían sido invitados a participar en la conversación después de que todos regresaron del baile. Sunoo les envidiaba eso, excepto que realmente no tenía ganas de estar separado de Sunghoon. Estaba avergonzado por lo apegado que se sentía, pero a pesar de las palabras de Sunghoon, todavía había una parte de él que estaba segura de que Sunghoon cambiaría de opinión después de hablar con la Reina Tamirs.
—Estoy en plena posesión de mis facultades mentales —dijo Sunghoon.
—¿Entonces estás diciendo que esos rumores no son ciertos y que no te atraparon besando a tu ex compañero de unión? —Dijo la reina Tamirs.
—Ser atrapado implica que estábamos tratando de ocultar algo —dijo Sunghoon, con un tono muy suave—. Ciertamente no fue el caso.
Sunoo escondió una sonrisa. Los ojos violetas de la reina Tamirs se estrecharon. —¿Estás diciendo que tienes a nuestra Casa sumida en otro escándalo a propósito?
Sunghoon la miró fijamente. —Estoy diciendo que no tenía sentido intentar ocultarlo cuando todos se hubieran enterado de todos modos. No me voy a casar con lady Yuna'shni'gul.
—Pero Sunghoon —interrumpió su padre, frunciendo el ceño—. La boda es en cuatro días. No puedes hacer eso. Dejando a un lado el escándalo, la pobre chica sería humillada.
—Esa pobre chica solo se puede echar a sí misma la culpa —dijo Sunghoon con frialdad—. Ella no debería haber difundido los rumores de nuestro inminente matrimonio sin mi permiso. Me arrinconó para casarme con ella. No le debo nada.
—Para ser justos, prometiste casarte con ella a cambio de que rompiera su vínculo con Jake —dijo Sunoo con los ojos en blanco. Sunghoon tenía una memoria muy selectiva cuando le convenía.
—Mantengo mis promesas solo con las personas que me importan —dijo Sunghoon, encontrándose con su mirada, sus ojos se suavizaron por un momento antes de volver a endurecerse mientras devolvía la mirada a su padre—. Yuna y su familia serán recompensados generosamente por sus problemas. Ella casi no tendrá el corazón roto. No tiene cariño por mí.
