Charla con Frederick

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-Esa es la mejor forma de hacer sentir bienvenida a la chica, reírse de ella - soltó Lucier tomando un pan de la cesta frente a él.

La bestia aun reía.

-Ella cree... Que puede ayudarme en algo...

-¿Y por qué no podría? - pregunto Tots algo molesta.

-Es humana - repitió la bestia.

-Yo también lo soy, o al menos lo fui en algún momento.

-Si alguna vez lo fuiste, yo no te conocí en ese momento Tots, cuando llegaste aquí ya eras una bruja hecha y derecha.

-Aun así, la chica podría serlo también o...

-No, y lo sabes, es tan humana como podría serlo y dudo que quiera cambiar. Mírala, es tan...

-Apesta - soltó el fauno mientras pinchaba su zanahoria con el tenedor.

-¡Demor! - le riñó la bruja - no se dicen esas cosas de las personas.

-Pero apesta a humana, hasta Frederick lo ha dicho y él está acostumbrado hasta cierto punto, pero ella, apesta incluso más que el resto, eso dijo.

Lucier miro a Demor con los ojos entrecerrados.

-Aun así, no es correcto decirlo. No te gustaría que ella dijera que tú apestas a cabra ¿O si?

-Ella no está aquí - se defendió Demor.

-Basta - soltó la bestia - este tema es desagradable. He perdido el apetito.

Se levantó y se retiró dejando a los tres seres discutiendo sobre ser groseros con las personas.

Scarlet por su parte había regresado a su habitación. Había querido preguntar sobre su regreso a sus anfitriones pero la bestia la había logrado sacar de quicio. Se había burlado de ella, como si por ser humana fuese una debilucha... Bueno, lo era, el lobo había estado a punto de comérsela y al ver a los seres del bosque no se había portado muy valiente, ni que decir de cuando vio a la bestia por primera vez...

Recordó a esa enorme bestia frente a ella, gruñendole como un león hambriento... No se parecía en nada al ser que había visto sentado a la mesa, en aquel momento le había parecido, casi humano...

Se preguntaba el por qué. Por qué de pronto parecía tan salvaje y luego podía ser un ser racional...

-¿Estás bien?

Scarlet pego un salto de la cama donde se encontraba sentada y se volvió hacia donde había venido el sonido. Casi grito cuando lo vio.

-Ah... Hola... Eres... Frederick... ¿Cierto?

El cerdito/gato/niño asíntio.

-Tú, le avisaste a la bestia que el lobo venía tras de mi ¿Cierto?

El gnomo volvió a asentir.

-Gracias...

De nuevo, solo asíntio.

-Ammm... ¿Te puedo ayudar en algo? - soltó Scarlet después de unos minutos de verse fijamente el uno al otro.

-Eres diferente a como te imaginaba. Más pequeña y flacucha.

-¿Cómo me imaginabas?

Frederick asíntio.

-El lobo te ha cazado durante mucho tiempo. Te vi una vez, cuando eras pequeña, pensé que de mayor serías... Diferente.

-Espera... Ve más despacio ¿Tú me habías visto antes?

-Una vez, cuando eras pequeña y el lobo te quería comer. Logré detenerlo hasta que llegaste con tu habuela.

Scarlet y la bestia faeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora