Decidí pasar el fin de semana encerrada en mi habitación. No quería cruzarme con Mattheo Riddle más de lo estrictamente necesario. Pansy había salido a Hogsmeade con Malfoy, así que me había pasado la tarde del domingo leyendo en mi cama.
La gema parlanchina que me había regalado Anthony vibró en mi muñeca, sobresaltándome. La miré extrañada cuando se tornó de color negro. Conocía los colores de la gente que me enviaba normalmente: cuando era Pansy se tornaba rosa chicle; cuando era Theo, gris claro; y cuando era Anthony se volvía de color azul cielo... Toqué la gema con el dedo, con curiosidad, y el mensaje apareció rápidamente frente a mis ojos.
Mattheo: Llevo dos días buscándote. Estoy a punto de tirar la puerta de tu habitación y entrar a la fuerza, princesa.
Genial. No era suficiente que me persiguiera en persona, ahora también lo hacía a través de mensajes. Estúpido Riddle.
Ignoré el mensaje e intenté concentrarme de nuevo en la lectura, pero la gema volvió a vibrar.
Mattheo: Rosalie, te juro que como no me respondas, le echaré maldiciones imperdonables a todos los alumnos de primero hasta que salgas de tu habitación.
No pude evitar que se me escapara una sonrisa estúpida ante sus palabras. La gema vibró de nuevo.
Mattheo: Hoy es mi cumpleaños...
Rosalie: Felicidades, idiota.
Suspiré con exasperación. ¿Por qué siempre tenía que conseguir lo que él quería? ¿Por qué siempre me hacía ceder?
Tras ver que no seguía con su acoso, volví a agarrar el libro, pero antes de abrirlo, la gema vibró, haciendo que mi corazón se acelerara estúpidamente.
Mattheo: Arriésgate, Rosalie. Habla conmigo, vamos, conóceme. Te reto.
Rosalie: ¿De qué quieres hablar?
Mattheo: Quiero hablar de ti, tus esperanzas, tus sueños, todo lo que quieras en la vida.
Rosalie: Solo para que te quede claro: soy demasiado lista como para dejarme seducir por esas cursiladas.
Mattheo: Bueno, por eso me gustas.
Rosalie: ¿Te gusto? Dirás que te gustó follarme.
Mattheo: Bueno... Define gustar. No duermo, me siento mal todo el tiempo, como si tuviera algo en mi maldito estómago.
Rosalie: ¿Mariposas? Buenas noches, idiota.
Mattheo: Buenas noches, cara mia.
Me estaba empezando a dar cuenta de que el diablo era real, y no era un pequeño hombrecillo rojo con cuernos y cola... El diablo podía ser hermoso, porque después de todo, era un ángel caído, y solía ser el favorito de Dios...
Los siguientes días transcurrieron con relativa calma. Intentaba mantenerme alejada de Mattheo tanto como fuera posible, pero la verdad era que no resultaba tarea fácil. Siempre parecía encontrar la manera de aparecer cuando menos lo esperaba, con alguna broma sexual.
Cuando acabé las clases, me dirigí al campo de quidditch. Le había prometido a Anthony que iría a ver el estúpido partido de Slytherin contra Ravenclaw. Encontré a Pansy en las gradas y me senté junto a ella. Me había sentido algo culpable las últimas semanas por no haberle contado nada sobre mi "encuentro" con Mattheo, pero cuanta menos gente lo supiera, mejor.
El comentarista presentó a todos los jugadores de Slytherin y Pansy aplaudió como una loca cuando Draco salió al campo con su reluciente Nimbus 2001. Tras él, salió Mattheo Riddle. Estaba impresionante. Jugaba con una destreza que dejaba a todos boquiabiertos. Se movía ágilmente por el campo, esquivando las bludgers y lanzando la quaffle con una precisión asombrosa. No podía negar que su habilidad en el juego era excepcional, a pesar de mis esfuerzos por ignorarlo.
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El Legado de la Oscuridad (Parte I): El Heredero de Slytherin
FanfictionRosalie Sallow es una joven bruja Sangre Pura que estudia en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. En su familia pesa una extraña maldición que se remonta más de un siglo atrás. Heredó de sus antepasados el amor por las artes oscuras y las cria...