31. Bendito descontrol.

163 5 4
                                    

Me quedé en casa unos días, bueno, más que días un par de semanas. Mi madre quería asegurarse de que de verdad volvía a comer con normalidad y que estuviese completamente en forma, porque estaba muy débil y aun no tenía tanta hambre como solía tener. Era por la mañana y estaba tumbada en el sofá, aburrida puesto que estaba sola en mi casa, realmente no sabía qué hacer. Estaba harta de las estúpidas series de televisión y sus repetidos episodios. No solo me sentía mal físicamente, también estaba muy mal psicológicamente, Harry no había dejado un maldito mensaje para preguntar cómo estaba durante las semanas que me quede en casa y por supuesto no vino a verme ni un solo día, lo seguía queriendo como nunca había querido a nadie, significaba todo para mí, pero él ya me dejo las cosas claras, no quería volver a verme y sus motivos tendría. Yo sabía que Harry me quería, estaba segura, lo que no entendía era porqué de repente me pedía que me apartase de él y me mentía para llevar lo anterior a cabo, me dijo que solo me había usado y después de eso enloquecí, aunque luego resultó ser un táctica para jamás volver a verlo, fue inteligente por su parte, pero le llegué al corazón y le costó mucho más que eso deshacerse de mí, de su petardo, de su Sam. Lo único que sabía ahora mismo era que tenía que afrontar las cosas, que ya no podía estar con Harry, y que tal vez mi vida amorosa jamás podrá ser igual a la relación tan maravillosa que tuve con Harry, él me pertenece, siempre será mío pero también será de otra, siempre será mi primer gran amor.
Max no dejaba de mandarme mensajes y yo verdaderamente no sabía cómo tomarme la situación, era el tío de Alice y no sé qué estaba haciendo conmigo pero conseguía inquietarme, era un hombre muy guapo, pero también muy mayor. No dejaba de pensar en Harry, simplemente no podía, Max estaba provocando algo en mi pero nunca comparable con lo que tuve con Harry, congeniábamos a la suma perfección él era mío y yo era suya, estábamos hechos el uno para el otro, estábamos, pasado.
Max no dejaba de insistir, estaba convencido en verme cuanto antes, era por la mañana y estaba en casa sola, así que le dije que podría venir y no tardó más de diez minutos en llegar, cuanta impaciencia. Le invité a pasar y miro la estancia, mi casa no era muy grande pero estaba muy bien decorada.

-Y..¿Te encuentras ya mejor?-susurró en un tono muy sexy-

-Si..Supongo. Mañana iré al colegio-dije tímida. Me mire de arriba a abajo y vi mis pintas mañaneras, debería haberme vestido antes de que él llegase, ya daba igual-

-Bonito pijama-de nuevo susurró-

Se acercó lentamente a mí, andaba con seguridad mientras sonreía, su sonrisa era absolutamente deslumbrante, era un hombre demasiado atractivo, resulta raro que no esté casado, quizás lo esté, tampoco sé mucho de él. Una vez que estuvimos a tan solo unos centímetros de distancia me miro con sumo detenimiento los ojos y yo miré lo suyos, un verde profundo.

-Samantha.. No te voy a mentir, desde el momento que te vi en la puerta buscando a Alice, me he quedado completamente anonadado con tu majestuosa belleza, esos ojos azules como el mismo cielo y esos labios que haría lo que fuese por besarlos-su mirada se posaba en mis ojos y después en mis labios. Yo me estaba poniendo muy nerviosa, no sabía mucho de él. ¡Puede que esté casado e incluso tenga hijos! Me aparté inmediatamente. De repente la imagen de Harry decepcionado vino a mi cabeza, no quiero que piense que soy una fresca, porque a Harry lo amo demasiado, me ha marcado para toda la vida, sigamos o no juntos, una persona que jamás olvidaré-¿Qué pasa Samantha?-me miro extrañado-

-Yo.. Solo creo que deberías marcharte-miré al suelo, no era capaz de mirarlo-

-Si es lo que quieres..-había un poco de reproche en su voz, pero solo un poco. Salió de mi casa y cerró la puerta con más fuerza de la que me gustaría-

En cuanto se fue resoplé, no sabía que estaba haciendo con mi vida. Harry no quería o no podía estar conmigo y yo no puedo esperarlo, pero si me voy con otro siento que lo estoy haciendo mal, muy mal. Me tumbé en el sofá, sin dejar de pensar en mi tatuado hombre de ojos verdes, lo echaba de menos cada segundo que pasaba, quería llamarlo y quería estar abrazada a él ahora mismo, así que le envié un mensaje.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 15, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No sabía que terminaría amándote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora