29. Touchdown.

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-Sabes que haría cualquier cosa por ti, pero de verdad que no puedo Sam, no podemos vernos más durante un tiempo, te dejare en tu casa y me iré cuanto antes-su voz era áspera-

-Déjame curar tus heridas-aunque seguro yo tengo más heridas en mi interior por curar-

-Sam consigues volverme loco, no sé como mierda lo haces que siempre te sales con la tuya-su voz seguía siendo áspera y no me gustaba que me hablara así, me hacia tanto daño-

-Si vas a dejarme quiero sentirte una sola vez más, es comprensible-mi voz era apagada-

Harry arrancó el coche en silencio, un silencio que para mi resultaba tremendamente odioso, quería que me explicara tantas cosas pero me parece que después de esto, no lo veré más.

-Escóndete-habló seco-

-¿Qué?-

-Hazlo-hice lo que me dijo y me escondí debajo de la guantera del coche hasta que llegamos al garaje de su edificio y entonces me volví a sentar en el asiento-

-¿Por qué me has hecho esconderme?-

-No preguntes más joder, todo el día preguntando. Te dije que te diría todo lo que necesitases saber más adelante. Ahora no te preocupes de eso-sabía que estaba enfadado, por todo, por lo que acababa de pasar con el asqueroso de Andy, por nuestra relación y por todos los problemas que tenía y no quería contarme. Pero cada vez que me hablaba así me dolía bastante, nada era como antes, absolutamente nada-

Antes de que me diese cuenta ya me encontraba en los brazos de Harry, seguía siendo tan caballeroso como siempre, eso nunca cambiaría. Apoye mi cabeza en su pecho que subía y bajaba lentamente y los pedazos de mi corazón se restauraban cada vez que su aliento acariciaba mi cuello.

Me encontraba de pie en el baño mientras Harry arrodillado ante mi me quitaba cada una de las prendas de mi cuerpo, besando las marcas de mi piel.

-Te juro que voy a matar a ese hijo de puta-su voz era áspera-

-Bien-susurré-

Quede desnuda expuesta ante él, me miró durante unos segundos con una pequeña sonrisa y empezó a quitarse su ropa. Seguía deleitándome con su esbelto cuerpo y los tatuajes que había impregnados en su piel, nunca había sentido tal cosa por nadie, nunca. Nos metimos en la ducha y el agua empezó a recorrer nuestros cuerpos, relajándonos a los dos por completo. Sus labios besaban mi cuello y yo me sentía como en ningún otro lugar en el mundo. Pasé mis manos por su cuello, levantándole la cabeza para besar sus labios. Labios rosados y suaves moviéndose con lentitud, devolviéndome la vida cada segundo que pasaba.

-No te voy a poder dejar ir nunca-

-No quiero que lo hagas-Empecé a sentirlo dentro de mí, lo había echado tanto de menos en todos los sentidos. Los gemidos salían de mis labios, él me hacia disfrutar tanto-

-Mi pequeña, siempre mía-sus labios de nuevo sobre los míos mientras se adentraba en mí con cuidado, cuidándome como siempre había hecho y siempre lo haría-

Esta vez lo hacía despacio, como nunca antes lo había hecho, siento cada uno de sus movimientos mientras el ambiente se llenaba de roncos gemidos. Verdaderamente nunca me había encontrado tan bien junto a él, aunque supuestamente no estábamos juntos y me iba a doler como nunca antes dejarlo después de cómo me ha hecho sentir cuando me sentía como una mierda. Todo lo que me hacía sentir era inexplicable, no sé como se había colado en mi vida y me había hecho amarlo tan pronto, yo antes no era nada romántica, sólo "disfrutaba del momento" y no quería nada serio, él me ha hecho pensar, actuar y sobre todo amar de manera distinta.

No sabía que terminaría amándote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora