16. No hay mejor razón para iniciar una guerra que el amor.

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No había tanta cola como el día anterior, menos mal, y en la entrada pudimos ver el robusto cuerpo de Harry y Liam, metí los dedos en mi boca y silbé lo más fuerte que pude para que éstos giraran, y efectivamente, giraron al segundo.

La cara de Harry cuando se dio la vuelta era indescriptible, parpadeaba repetidas veces mientras se acercaba a mí, pude notar como tragaba saliva, sin embargo, Liam se quedó en su sitio, sin parpadear, asombrándose de la belleza de Al.

Se sacudió la cabeza y se acercó a Alice y se presentaron. Harry y yo mirábamos la escena y cuando estos acabaron Harry posó sus ojos por cada centímetro de mi cuerpo, desde la suela de mis tacones hasta mi pelo.

-Sam yo.. No sé si esta noche podré controlarme-Sinceramente eso me dejó loca, demasiado loca-

-Nadie ha dicho que debas controlarte-Quería provocarlo, porque realmente no quería que se controlara-

Nos pusimos en la cola del pub que rápidamente se disolvió, de vez en cuando observaba a Harry como me miraba, pero yo rápidamente apartaba mi vista.

En cuanto entramos al pub perdí de vista a Alice, supongo que ella y Liam lo estaban pasando bien y no eran más que las once menos cuarto.

Harry pidió vodka para los dos, necesitaba algo fuerte. El camarero puso dos vasos encima de la mesa y los llenó hasta la mitad de alcohol, y luego desapareció. Miré a Harry desafiante y empecé a beber, intentando beberme aquella bebida ardiente de un trago, pero me resultó imposible ya que lo que ahora inundaba mi garganta era puro fuego. Harry sin embargo bebió aquel vaso de un tirón.

Llamé de nuevo al camarero, y pedí dos Cosmopolitan, a Harry no le agradaría, pero a mí me encantaba.

-Eso es bebida de pijos-Dice haciendo una mueca de asco-

-Eso no quiere decir que no sepa bien. Si no lo quieres puedes dármelo-

Llegaron rápidamente los Cosmopolitan, bebí lentamente mi copa mientras Harry me contaba cómo había estado su día. Harry probó la bebida y no le gustó mucho, por lo tanto cuando me acabé mi copa, me bebí la suya de un solo trago. Al no haber comido nada durante muchas horas el alcohol me afectaba rápidamente, no estaba borracha, sólo decía tonterías ahora mismo, pero sabía que hacía en cada minuto.

Miré mi reloj y ya era la una de la mañana, se me había pasado rápido estas dos horas.

Tiré del brazo de Harry para llevarlo a la pista, al final se negó pero mi poder sobre él era enorme, mi objetivo no era bailar, solo quería acariciar su cuerpo.

Miré directamente a sus ojos, los cuales desprendían lujuria, no me importaba que Harry me mirase hasta casi devorarme, porque de hecho, él me volvía loca, pero si me importaban cuando los pervertidos me miraban como si quisieran violarme, ya que el vestido que llevaba, era un poco provocativo, pero venía con Harry y sólo él podía disfrutar del lujo de mirarme. Sin pensarlo me lancé a sus labios, en sus labios aún estaba el sabor del vodka, Harry daba pasos torpes intentando llevarme a otro sitio, llegamos a los baños, estaban poco iluminados, sería para tener intimidad. Miró mi escote por un segundo y de nuevo sus labios besaron los míos, esta vez con más ansia y desesperación; su lengua pedía ferozmente paso entre mi dientes, el cual yo le di al instante, este beso tenía más fuerza que cualquier beso que Harry me había dado, nuestros movimientos eran rápidos, sentí su cálida mano bajar por el escote de mi pecho, la cual mi piel reaccionó erizándose. Solamente nos separábamos para recuperar el aliento, sus ojos desprendían pasión, bajó su cabeza hasta quedar a la altura de mi escote, y besó la piel descubierta haciendo que mi hormonas revolucionaran al instante, agarré su pelo con fuerza y lo obligué a mirarme de nuevo a los ojos; necesitaba besarlo, necesitaba sentir sus cálidos labios unirse con los míos. No dudó un segundo en volver a besarme, de nuevo el beso estaba cargado de pasión, era un beso salvaje, un beso que nunca olvidaría.

No sabía que terminaría amándote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora