Primeras verdades
-Dejémoslos solos- le dijo el moreno a su novia -ya, vamos deja de mirarlos, no se van a arrancar los ojos- la agarro del brazo y salieron del departamento.
-Llámame cuando terminen de pelear- me hizo una seña de teléfono con la mano - Y NO SE MATEN- gritó la rubia mientras su novio cerraba la puerta.
Quedamos nosotros dos nomás, en un silencio que se podía escuchar la respiración del otro, la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo.
-Defiendes un acto tan asqueroso como hacer ese tipo de broma- empezó el.
-Es solo humor, ellos solo joden con esas cosas porque saben que no me lastima y no va a lastimar a nadie si solo se ponen una etiqueta que ni se nos pasaría por la cabeza realmente sea verdadera- me crucé de brazos- tu no conoces mi relación con ellos y menos la cara de cada uno de ellos, ¿Acaso no tienes humor?
- Si lo tengo, pero no tan podrido como ese, ¿o me vas a decir que si te enteras que las etiquetas pueden ser falsas no te van a lastimar? - se le quebró la voz - ¿o acaso jamás te pusieron una etiqueta de mentira, la cual solo vos sabías y la usaban solo para manipularte, cuando en realidad era pura mentira y tú andabas toda ilusionada con eso?- se le escapó una lágrima.
Quede petrificada, no me había puesto a pensar eso jamás; y siendo sincera era verdad, una cosa era hacer esas bromas cuando eran amigos o familiares, pero delante de desconocidos podía dejar una confusión o hasta herir a alguien.
-¿Estás bien?- pregunté acercándome lentamente.
Al parecer no se había dado cuenta de lo que le pasaba, o más bien de qué estaba mal.
-Yo...- se pasó las manos por la cara - no lo sé, no sé porque me puse de este modo- mintió descaradamente.
Era sabido que si te ponías así, era porque alguna vez te pasó.
-¿Quieres contarme qué pasó con esa persona?- fui directa, ganándome una mirada de falta de confianza- hacemos esto, una verdad por otra verdad- estiré mi dedo meñique.
Me miró, dudoso, así que para que se habrá tenía que arrancar yo a demostrar confianza hacia el.
-Empiezo yo- resople sentándome en el sofá y haciendo palmadas a mi lado para que él se siente conmigo, captó mi mensaje y se sentó- seguro tenes dudas del porque la otra vez estaba mal cuando viniste a traer el correo-
Él asintió, dudando, pero esperando mi respuesta, así que comencé a narrar algo que jamás pensé que iba a contarle a alguien más que a mis amigos.
-Mis padres son muy exigentes, desde que soy chica, no importa lo tanto que me esfuerce, ellos siempre piden más y más- me agarré las manos y miré a la pared de enfrente, no quería ver lástima en sus ojos celestes- si me sacaba un 9 en un examen, me decían que debería haber alcanzo un 10, si limpiaba algo, debía lustrarlo, si bajaba 1,5 kilo en una semana, estaba mal porque debía bajar 2 clavados o más, si la persona que me gustaba no estudiaba, debía sacarlo de mis pensamientos, si no decidia estudiar una carrera que tenga título de universitario, era una marginada, si no usaba ciertas prendas de ropa, era una cualquiera y así con un montón de cosas más- sentía como se me hacía un nudo en la garganta- ese día me robaron las llaves del departamento, al día siguiente me llamaron porque el portero le contó lo que había pasado, mi mamá me basurero diciendo que no podía ni durar una semana sin hacer las cosas bien, que solo tenía un trabajo y que ni eso era capaz de hacer, que era una decepción- respiro hondo- el abuso psicológico que recibo de ellos a veces me supera, y ese día fue uno de ellos - mire el techo para aguantar las lágrimas- antes de que toques la puerta, estaba en transición de tener un ataque de pánico-
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La verdad atras de la juventud
RomanceAlgunas veces lo único que necesitas es compañía, amigos, amor, paz, escapar de la realidad y montón de cosas más; la mayoría de las personas encuentran eso en hobbies o en personas. Aunque, existen aquellas que nunca encuentran lo que necesitan o...