Capítulo 16: El despertar
Los pasos de Ariadne se ralentizaron al oír la estridente voz al otro lado de la puerta.
—No puedo más. No la soporto.
Lucrecia se refería a Ariadne.
Ariadne se detuvo en su sitio y le dijo con calma a la inquieta criada—: Creo que tengo que pasar por el baño. De repente no me encuentro muy bien del estómago. Adelántate y dile a la maestra que voy a llegar un poco tarde.
—¡Milady! Pero...
—Se lo aseguro. No te causará ningún problema. Todo lo que tienes que hacer es entregar mis palabras.
Ariadne se quitó uno de los pendientes de perlas que llevaba puestos y lo guardó en el bolsillo delantero del delantal de la sirvienta. Era su único par, pero tenía que ser generosa cuando era necesario.
—No debes contarle a tu señor las cosas que has oído y visto hoy. Ahora vete.
La criada dudó, sin saber qué hacer. Pero una vez que recibió el pendiente de perlas, cedió y se marchó.
Ariadne se escondió detrás de una columna cuadrada en el pasillo y escuchó a escondidas la conversación en el salón del Cardenal.
—Otra vez no. ¿Qué te pasa? Traer a Ariadne fue idea tuya en primer lugar.
—¡Eso fue entonces y esto es ahora! No tienes ni idea de lo difícil que es cuidar de esa insolente testaruda.
El Cardenal pensó que Lucrecia estaba siendo absurda. Aun así, hizo todo lo posible por calmar su descontento.
—Entonces, ¿qué vamos a decirle al Conde Césare? Lo menciona sutilmente cada vez que lo veo en la gran misa.
—¡Él pidió a Isabella desde el principio! Nunca estará satisfecho con Ariadne. ¡Intenta idear otro buen plan! ¡Eres bueno en eso! Ya no puedo vivir con esa chica.
—Si no la soportas, podemos posponer la boda y casarla antes con el Conde Césare.
'¿¡...?!'
En ese momento, Ariadne oyó algo al final del pasillo. Sobresaltada, se apartó de la puerta y pasó por delante del salón como si nada.
El origen del ruido eran las criadas de la limpieza. No parecieron sospechar de Ariadne y se limitaron a hacerle una reverencia al pasar.
'Uf... Estuvo cerca.'
La idea de estar casada con Césare le producía escalofríos. Ariadne se dio cuenta de que limitarse a pasar desapercibida no era una gran contramedida.
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En Esta Vida Yo Seré La Reina Hermana Mía
Lãng mạnDescription: En ese día abandonado de todo, Ariadne se remonta a 14 años atrás: "¡Maldita sea! ¡Te estoy cortejando ahora! "De la medicina sola de una vida anterior con una actitud completamente diferente "No llores, Ariadne. ¿No sabes lo guapa que...