Capítulo 15: Un vínculo noble
Ariadne gritó. Pero ya era demasiado tarde. Lucrecia blandió la mano. Su brazo derecho cortó el aire a toda velocidad.
Silbido Era el décimo golpe. Pero antes de que Lucrecia pudiera golpear de nuevo a Sancha, Ariadne se lanzó delante de Sancha. El décimo golpe aterrizó en el hombro de Ariadne.
Golpe
El dolor era insoportable. Se extendió desde su hombro izquierdo y sacudió todo su cuerpo. Furiosa, Lucrecia volvió a levantar el brazo derecho. Ariadne se preparaba para otro golpe, cuando una voz interrumpió de repente la escena. Normalmente, Ariadne se habría irritado al oír la voz. Pero en ese momento, no podía sentirse más agradecida.
—¡Qué significa esto!
El Cardenal acababa de regresar a casa.
Irrumpió en el salón, agitando tras de sí su bata blanca.
—¡La casa está hecha un desastre!
Lucrecia, que temblaba de rabia, se echó a llorar en cuanto vio a su marido.
—¿Por qué has llegado tan tarde? ¡¿Acaso sabes por lo que he tenido que pasar hoy?!
Lucrecia derramó lágrimas mientras se quejaba sin parar de cómo la Reina la había llamado "Señora de Rossi" y de cómo la Reina era una perra malvada por avergonzarla delante de todos los demás.
El Cardenal escuchó pacientemente la historia y preguntó a Lucrecia—: ¿Pero por qué pegas a esta criada y a Ariadne?
—¡Porque es culpa de ellas!
—¿Así que la reina te invitó hasta el palacio real, pero te rechazó sólo por una criada?
Lucrecia se quedó momentáneamente sin palabras. Pero no tardó en enrojecer y empezar a gritar enfadada—: ¡Todo es por tu culpa!
—¿Qué?
—¡Podría haberme casado con cualquier hombre de mi elección! Podría haber sido tratada como cualquier otra noble. Pero me enamoré de ti. Es culpa tuya que me llamen amante... ¡Me arruinaste!
Lucrecia no era una belleza notable, y no pertenecía a una familia noble de renombre. Entre todos sus posibles cónyuges, el Cardenal era su mejor apuesta.
Si Lucrecia no hubiera elegido al Cardenal, habría acabado casándose con un simple trabajador de cuello blanco (se refiere a alguien de la Iglesia), como un caballero, un abogado o un médico. En el mejor de los casos, se habría convertido en una baronesa sin nombre en algún lugar del campo.
Pero Lucrecia tenía talento. Tenía un don para hacer creer al Cardenal que podría haberlo hecho mejor.
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En Esta Vida Yo Seré La Reina Hermana Mía
RomanceDescription: En ese día abandonado de todo, Ariadne se remonta a 14 años atrás: "¡Maldita sea! ¡Te estoy cortejando ahora! "De la medicina sola de una vida anterior con una actitud completamente diferente "No llores, Ariadne. ¿No sabes lo guapa que...