Capítulo 21

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Capítulo 21: El Corazón del Profundo Mar Azul


El Corazón del Profundo Mar Azul era un zafiro claro ultramarino de 30 quilates que se encontró en Harenae. El tamaño considerable y el color poco común de la joya la hacían extremadamente valiosa.


La historia de su hallazgo también era misteriosa. Según la persona que lo descubrió por primera vez, una manada de delfines dejó el zafiro en la orilla del mar y desapareció. La tierra de Harenae estaba situada en la costa y no tenía ninguna mina de zafiro. Este hecho hizo más creíble el rumor y provocó que innumerables diletantes codiciaran la joya.


Cuando se descubrió por primera vez el Corazón del Profundo Mar Azul, el Duque de Harenae se lo regaló al Rey León III. Y desde entonces, la joya se guarda en las bóvedas del palacio real.


—Tsk. No sabes de lo que hablas. De esta manera, puedo atrapar dos pájaros de un tiro.


Eran los únicos en el carruaje, pero el Rey hizo un gesto a su secretario para que se acercara y le susurró al oído: —Si le doy la joya a la hija del Cardenal, ella la traerá cuando se case con la familia real.


—¿Perdón, Majestad?


—El Cardenal siempre quiso el Corazón del Mar Azul Profundo. Si se lo doy a su segunda hija, el Cardenal se alegrará mucho, pensando que le pertenece. Pero estrictamente hablando, su hija será la verdadera dueña. Por lo tanto, no hay manera de que él será capaz de tenerlo.


—Sire, ¿entonces quién se casará con la dama? ¿El Príncipe Alfonso?


El Rey gritó enfadado—: ¡¿Por qué tienes tan poco tacto?! ¡Alfonso está obviamente fuera de su alcance! Sólo una princesa de un reino o un ducado será una esposa adecuada para Alfonso!—Mis disculpas, señor.


—¡Por supuesto, estoy hablando de Césare! —el rey habló en tono satisfecho—: Pienso dar a Césare un feudo próspero y hacer del Cardenal su suegro. Quiero que mi hijo pueda vivir una vida rica y despreocupada. La segunda hija del Cardenal es una pareja ideal para Césare, ya que es inteligente y además es bastarda. Mi chico tiene mal genio, así que necesita una esposa tranquila y sensata.


El Rey tenía el futuro de su hijo planeado hasta el último detalle.


—Además, Rubina siempre quiso el Corazón del Mar Azul Profundo.


—Eso he oído, Sire.


'Precisamente por eso le pregunté si realmente se lo iba a regalar a la joven.' El secretario se tragó sus palabras.


—No podía dárselo a Rubina, porque no quería enfadar a la Reina. Pero la segunda hija del Cardenal se llevará la joya cuando se case con Césare. Entonces la joya será tan buena como si fuera de Rubina. Jajaja.


'Umm... No estoy seguro de que esa sea la forma correcta de complacer a una mujer Sire...'


Ninguna suegra estaría contenta si la joya de sus sueños fuera regalada a su nuera en su lugar. Teniendo en cuenta el temperamento de la Condesa Rubina, era muy probable que tomara la joya por la fuerza.

En Esta Vida Yo Seré La Reina Hermana MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora