CAPÍTULO 13

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Unos días después:

— Me gusta cómo te ves —pronuncia Alastair llegando a mi lado, él toma mi cintura y deja un beso sobre mi hombro, mientras yo termino de arreglar mi maquillaje—. ¿A dónde vas a ésta hora?

— Saldré con Mariah. Vamos a la feria.

— ¿Atlas va?

— No lo sé. Creo que no. Mariah no me dijo nada.

Evidentemente Atlas irá, pero si le digo a Alastair que mi amigo irá, tomará eso cómo una oportunidad para incluirse en la salida.

— ¿Puedo acompañarte? —pregunta dándome otro beso, pero ésta vez en el cuello.

A diferencia de la sensación que me genera cierta persona en particular, los besos de Alastair no provocan nada en mí. Mi cuerpo reacciona a medias con el contacto de Alastair.

Realmente él... él no me gusta.

Creo que quizás al inicio si me atrajo lo suficiente para poder corresponderle hasta el punto de tener sexo de manera placentera, pero con el pasar de los años esa atracción se ha ido por un voladero. Y tal vez eso solo se deba a qué estoy con él solo por obligación. Estoy atrapada entre la familia Alphonse y la familia Young. Mis movimientos; cada paso que doy es supervisado por ellos. Es cómo si no pudiese escapar. No sé cómo y eso me aterra. Pensar en ello cada día deshace más mi atracción y el poco interés que me queda por Alastair y nuestra relación.

Además, ahora se encuentra todo lo que cierto rubio ha estado ocasionando en mí  desde el día en el que lo ví nuevamente... O no, tal vez, yo simplemente nunca pude olvidar del todo esa sensación que él generaba y continúa generando en mí.

— Me temo que por hoy no. Y Atlas creo que de la misma manera. Mariah y yo acordamos que sería una salida de chicas.

— Entiendo —dice en voz baja y ronca. Suena... agradable. Él me toma haciéndome girar y se acerca para tomar mis labios. Aprieto mis manos en puños y lo veo; sin embargo, correspondo.

Cuando parece intensificar el beso, lo alejo tratando de ser sutil.

— Tengo que terminar de arreglarme —digo para excusarme—. Y acabas de arruinar mi labial.

— Volvería a arruinar tu labial un millón de veces, mientras sea de ésta manera —dice al acercarse nuevamente y rozar mis labios. Su tono es pícaro y juguetón.

— Alastair, debo arreglarme —respondo sin interés alguno de seguirle el juego, pero simulo una sonrisa suave.

— Vale, vale. Me rindo —alza sus manos. Pero antes, vuelve a robarme otro beso—. Me gusta cómo te queda ese labial. Además, huele delicioso.

— Gracias —en éste momento mi teléfono suena, llamando nuestra atención—. Ah, debe ser Mariah —me apresuro y reviso el aparato—. Sí, es ella. Ya me voy.

Intento pasar a un lado de Alastair cuando él me atrapa sosteniendo mi cintura.

— ¿Te vas así nada más? —pregunta de manera que podría resultar un poco juguetona y seductora. Luego intenta acercarse una vez más a mis labios, pero yo lo evado fingiendo algo de diversión al hacer ese movimiento.

— Nos vemos más tarde —digo acercándome y dejando el beso más corto que he dado en mi vida sobre sus labios.

Después, prácticamente huyo. Bajo las escaleras casi corriendo y cuando llego a dónde Mariah se ha estacionado y subo a su auto, ésta me mira con diversión.

— Pero... ¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Tanto te emociona ir a la Feria?

— Cualquier lugar al que pueda escapar siempre será emocionante para mí.

Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?Where stories live. Discover now