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Al llegar a la sala principal de Palacio, me siento un poco incómodo. No he pasado por alto cada mirada curiosa hacia mí en medio del camino.
— ¿Aquí las personas no saben cómo disimular o algo por el estilo? —pregunto en voz alta, provocando que todos los presentes en la sala me vean—. Admito que el parecido con Rashid incluso me resulta perturbador a mí, pero ya tantas miradas me incomodan —me sincero.
Después de hablar me percato de que hay caras nuevas que no ví allí arriba. Y para mi ridícula sorpresa, dos rostros me resultan tan familiares, que se me hace fácil deducir quiénes son. Y de hecho, ambos me ven de vuelta con incredulidad.
— Tú eres...
El varón de los rubios de ojos dorados me señala con el ceño fruncido.
— No señales, eso es de mala educación, Hasid —la jóven mujer a su lado toma la mano del otro y la baja.
Suelto una risita llena de sarcasmo y veo a Ruelle a mi lado.
— ¿Te quedaste dormida en el acto o qué?
Ella me ve divertida.
— En realidad le eché muchas ganas. Pero eso al parecer no funciona contra los genes de la familia real Kyriemse —me sigue la corriente.
— Discúlpanos ese detalle. Lo que pasa es que la sangre real de los de Kyriem se cree muy exclusiva. Nos gusta dejar claro cuando algo nos pertenece —continúo—. Hey, pero al menos heredaron tu color de ojos.
— Bah, que va. Cuando se molestan se tornan del mismo color de los de Rashid. Ni siquiera hubo empate en la batalla de genes —ella suelta un suspiro y finge decepción. A continuación me mira de reojo y se carcajea.
— Entonces, perdiste la batalla contra Rashid.
— Eso parece. Pero me alegra decir que ni siquiera me molesta.
— ¿Molestarte? ¡Ja! —suelto—. A pesar de todos los traumas de familia, al menos poseemos buenos genes. No puedes quejarte de eso. Traumados siempre, pero feos jamás.
Una vez más ella vuelve a reírse.
— Ah, tienes toda la razón, concuerdo contigo.
— Veo que mamá encontró un nuevo amigo —el jóven aparentemente llamado “Hasid”, se acerca y extiende su mano en mi dirección—. A juzgar por el parecido, creo que debes ser Rashad.
— Mejor conocido como Safwan —extiendo mi mano y correspondo el saludo—. Pero sí, supongo que también me puedes decir Rashad.
— Así que finalmente te conozco. Yo soy Hasid. Y de forma resumida soy tu sobrino.
— Eso parece. Honestamente, no tenía la menor idea de tener sobrinos.
— Ya veo —luego él ve hacia la chica con la que estaba anteriormente. Ella se acerca de forma tranquila y saluda tal cómo seguramente le deben haber enseñado a hacerlo desde pequeña.
— Es un gusto tenerlo en Palacio. Mi nombre es Hasret.
— Uy —digo incómodo—. Con sinceridad, he olvidado terriblemente cómo era actuar de forma correcta en Kyriem —soy transparente—. Pero me alegra saber que alguien en la familia todavía actúa por completo como de la realeza.
La noto sonreír de forma leve.
— Ser la primera y única princesa de Kyriem no es un trabajo fácil —interviene Hasid.
— Estoy seguro de que así debe ser —por unos segundos logro escuchar un leve sonido que llama mi atención, haciéndome desvíar la mirada. Con curiosidad observo a dos sujetos; una chica con un bebé en brazos de unos cuántos meses, tal vez. Y un poco más alejado, un hombre también se encuentra de pie cargando a un niño de quizás un año —. Puedo observar que la familia es más grande de lo que podría haber imaginado.
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Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?
RomanceSaga Their Dark Side: Libro 4. Existe una pequeña línea entre lo que creemos que es cierto y lo que no. Lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, nada te asegura que lo que pienses sea lo correcto y lo que los demás digan sea falso; exact...