—Woah. Un momento... ¿Qué significa ésto? —suelto impresionada.
Ahora me encuentro de pie y a un lado de Safwan, mientras mantengo mi mirada fija sobre una gran motocicleta de color negro. Allí por sí sola dónde se encuentra estacionada, se ve imponente.
— Ésto significa que hoy mi precioso monstruo es lo que nos va a llevar a dar una vuelta —responde Safwan con suficiencia. Hay una sonrisa amplia y pícara sobre su rostro al verme luego de ver a la motocicleta.
— ¿Tu... precioso qué? —pregunto alzando una ceja—. ¿Así llamas a una motocicleta?
— Sí. Es mi cosa favorita en el mundo. Ya sabes, todos tienen un objeto que es su favorito y le colocan un mote cariñoso ridículo; cosas así. Además, ésta hermosura —coloca su mano sobre el asiento de la motocicleta y lo palmea—. Me costó una fortuna. Literalmente es la cosa material más valiosa que tengo, así que le tengo demasiado cariño. De lo contrario jamás habría malgastado tanto dinero, ni me ridiculizaría diciendo “mi precioso monstruo.” —me guiña un ojo al finalizar su explicación.
Me río por su extraña y agradable ocurrencia.
— Vaya, pero qué creativo. Nunca imaginé algo así proviniendo de tí.
— Soy una caja de sorpresas, ángel. Cuando menos te lo esperas, más te sorprendo —responde con agilidad.
— Oh, eso lo sé perfectamente — digo de acuerdo—. Y por cierto, pensé que las cosas lujosas y extravagantes no te gustaban mucho.
— En realidad me da igual. Sin embargo, me gustan las motocicletas y me gusta conducirlas. Cuando ví a ésta preciosa monstruocidad, no pude evitar darme un buen gusto —me hace saber, mientras se sube cuál experto al vehículo.
Lo observo por completo al montar la motocicleta y prepararse para salir.
«¿Por qué demonios él tiene que verse tan sexy haciendo algo cómo eso? »
Niego mentalmente. De hecho, el muy idiota se ve sexy incluso respirando. A veces, en pequeñas ocasiones, es un poco molesto. Es decir, ¿cuál era la necesidad de que la diosa de la belleza le otorgara ese atractivo?
Honestamente, seré sincera. La única razón por la que me molesta un poco ese detalle, es que seguramente yo no soy la única que se lo come con la mirada. Y de solo pensar eso, me entran los... ¿celos?
«Ay, Dios mío. ¿Celos? ¿Yo celosa? Yo nunca experimenté una mierda similar.»
— ¿Te vas a quedar allí viéndome todo el rato o vas a subir? —pregunta el rubio, sacándome de mis delirios mentales.
Rápidamente me acerco a él. Primero Safwan me ayuda con el casco.
— Debo paracer un extraterrestre con ésta cosa en la cabeza —comento luego de que él termina de ayudarme.
Él se carcajea.
— No. Se te ve... bien —su opinión hace que mi corazón se salte un latido. Sonrío tontamente gracias a ello—. Ahora sube. Estamos dejando pasar el tiempo.
Intentando no ser torpe, subo a la motocicleta tal cómo él me lo indica.
— Oh, no —digo un poco nerviosa—. Safwan, te cuento que nunca me había subido a una cosa de éstas, ¿vale? —le hago saber al sostenerme fuertemente de su chaqueta de cuero negra—. No vayas a ir tan rápido. Le tengo respeto a la velocidad.
—Sí, claro.
Su respuesta suena demasiado irónica.
No me da una buena espina, y lo confirmo cuando hace rugir a la motocicleta y al momento de salir del edificio lo hace a toda velocidad.
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Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?
RomanceSaga Their Dark Side: Libro 4. Existe una pequeña línea entre lo que creemos que es cierto y lo que no. Lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, nada te asegura que lo que pienses sea lo correcto y lo que los demás digan sea falso; exact...