Linaje Real ©

6 ✣ Adicción ✣

Advertencia ⚠
Este capítulo contiene escenas de violencia y de contenido +18. Está bajo tu responsabilidad si quieres leerlo. Se recomienda discreción.

Ya anuncié en el principio que esta novela no iba a ser dulce.

NOAH MONTEVIUR

La vi allí, bailando sola y siguiendo el ritmo de la música, su vestido negro estaba perfectamente ceñido a su cuerpo. Su cabello largo y negro como la misma noche estaba suelto como habitualmente. Estaba más alta ya que calzaba unas botas de tacón negras, ese estilo oscuro de ella la hacía muy sexy. Estaba más guapa que de costumbre.

No pude evitar acercarme cuando ya estaba muy cerca de ella. Estaba muy encaprichado con ésta niña. Era la única persona que me hacía cabrear, me hacía exasperar y la única persona que me dejaba con las ganas. Ese día en el auto me había dejado con mi masculinidad más que dura y pidiendo poseerla en ese mismo instante.

Estaba comportándome como un crío.

Ella tendría que ser mía para desquitar todas estas ganas que tenia de llevarla a la cama.

Deslicé mis manos en sus brazos intranquilos. Su piel pálida era tan suave y cálida. Disfruté de esa piel de cordero que me volvía loco.

Aspiré su perfume dulce, aún podía oler su inocencia.

―¿Por qué no bailas así de sexy para mí?―Mi voz estaba más ronca de lo habitual y eso tenía una muy obvia explicación.

Note lo tensa que estaba, pero no estaba de juegos.

Ya no más. La necesitaba y sí no la tenía ésta misma noche, iba correr sangre aquí.

Ni siquiera me importaba el rostro inexpresivo que estaba mostrándome. Ya fui lo suficientemente paciente y controlé las ganas de arrancarle la cabeza a su novio cuando ella se encontraba bailando con éste, Ethan Lovatelli era su nombre.

La tomé del brazo y no me molesté en escuchar los miles de insultos que estaba diciéndome.

La llevé arriba de la casa, había demasiados humanos desenfrenados y frenéticos, estaban demasiados metidos en sus asuntos que no se daban cuenta de mí y de los gritos de Nicolle.

La metí en la primera puerta que ví. Y seguidamente cerré la puerta con seguro. Era una habitación, parecía la habitación de los padres de Lara ya que había una gran cama en el fondo y no habían esos estúpidos diseños de muñecos de adolescente, solamente había un ambiente sombrío.

―¿Qué haces?―Me miró escandalizada.

No respondí.

Me acerqué a ella y la jalé a mi lado, su pecho chocó contra mi pecho, su respiración estaba descontrolada, por primera vez vi que tenía miedo en sus profundos ojos verdes.

Oh, niña. Pensaste que estaba jugando.

―Que lindo vestido, lástima que lo prefiero fuera de ti.

Acto seguido, rasgué su vestido en dos y su lencería de encaje negra era lo que podía ver. Que duro me está poniendo ésta situación.

―¿Tan bajo has caído que me quieres violar?―Era impresionante, no estaba llorando, estaba desafiándome con su mirada.

A mí nadie me va a desafiar y menos una niñita de 17 años.

Deslicé mis dedos por sus pechos aún cubiertos por su sostén. Me detuve en la altura de su ombligo, su piel estaba de gallina, su cuerpo estaba temblando.