Veía las infinidades de estrellas y toda la aurora boreal reflejarse en la oscuridad de la noche. Me hacía recordar a todas las vidas que se han perdido y de alguna forma u otra encontraron su camino en el cielo, proceso que aún no he cumplido porqu...
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Capítulo 16
Aurora Monteviur POV
Los vampiros hemos ido fascinando a la humanidad durante siglos. Somos seres de la noche, envueltos en misterio y seducción, hemos encontrado un lugar también en el mundo de los humanos, escondiéndonos en la oscuridad esperando a atacar en el silencio de las noches. El haberme condenado a ser una criatura inmortal, me fue otorgado el aspecto más encantador que alguien lleno de deseo y lujuria pudiera anhelar ver alguna vez en su vida, fui diseñada para atraer a todos esos seres masculinos y féminas que quieran creer pasar una noche alocada en mis aposentos, ellos pensarían que sería la mejor noche de sus vidas, yo solo los veo como mi fuente principal del elixir que me mantiene con vida a mí y a mi atractivo aspecto.
La naturaleza es perfecta.
Toda mi vida quise ser alguien diferente, aunque mi destino fue marcado de por vida, aún lidio con ser un vampiro en descontrol en un mundo lleno de humanos. Quisiera ser como otros vampiros que se alimentan de animales.
Intente alimentarme de animales numerosas veces pero el resultado era el mismo. Por más veces que me alimentara de animales, estaba esa sed, ese ansia que se instalaba en todo mi ser.
No podía esconderlo, era un ser de oscuridad sin merecerlo.
Lamí el cuello del dulce chico que conocí hace apenas unas horas en un bar de mala muerte a varios minutos de Waterville. Su figura desaliñada prestó mi atención, su cabello negro desordenado y de tez bronceada me había cautivado, fue una presa muy fácil.
Lo atraje a mi como aún imán y lo manipulé con mi falso coqueteo para atraerlo a la Mansión Monteviur, adentrarlo a mis aposentos era muy divertido, lo despojé de su ropa para hacernos caer en mi cama.
Estábamos completamente a solas, no había nadie que pudiera interrumpir el acto sanguinario que se avecinaba.
—Eres tan hermosa, jamás me dijiste tu nombre.—Esbozo una coqueta sonrisa.
—Gracias, quiero mantener el misterio.—Puse mis manos pálidas y frías en su pecho cálido y desnudo.
Quise anhelar tener vida dentro de mi y ser así de cálida, jamás se olvida ser humano y sentía tanta envidia a todas esas personas humanas, que pueden gozar de una comida normal sin tener que desangrar a alguien en el proceso.
Bese su rostro y di besos a su cuello. Podía escuchar los latidos de su corazón, su cuerpo estaba llamándome para que lo drenara por completo, una vena que sobresalía de su cuello estaba muy tentadora a mi vista.