14. Princesa

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Capítulo 14

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Capítulo 14

Estaba sumida en un mar de pensamientos y recuerdos borrosos en lo más profundo de mi mente perturbada por la figura de un ente oscuro y peligroso que se aferraba en no dejarme tranquila. El único consuelo que tenía era la imagen de mi madre y la de mi mejor amigo, esperaba que estuvieran en las mejores condiciones.

—Solamente déjame en paz.— Susurré sin fuerzas a la nada.

Me sentía sin fuerzas para seguir avanzando y no es que pudiera avanzar aunque quisiera. Las ataduras que me había puesto él estaban aferradas con fuerzas en mis muñecas.

No era yo esa chica que se encontraba atrapada entre las sabanas de seda, la chica que se encontraba y estaba en mi cuerpo no era más que un intento de imagen de lo que era antes de haberlo conocido a él.

En el silencio que me envolvía me permití llorar solamente por esa vez.

Se sintió realmente liberador haberlo hecho, no recordaba la última vez que había llorado, no me permitía hacer eso porque siempre he pensado que es un momento de debilidad en lo que los sentimientos y el dolor se mezclan.

Yo no quería sentir eso, nunca más.

Los días anteriores, eran una mancha borrosa en lo profundo de mi mente, trataba de recordar pero eran intentos fallidos. No se si él me había estado dando alguna sustancia en el que perdía el conocimiento completamente o encontré la manera de bloquear los malos momentos cuando él estaba presente.

Solamente sé que cuando podía recuperar el conocimiento en el limbo en el que me encontraba, mi supervivencia salía al descubierto tratando de escapar de él.

Él me descubría y todo volvía a ser borroso, una y otra vez.

El último recuerdo que tengo antes de haber despertado en este lugar era la imagen de Nathaniel muy cerca de mi rostro, me encontraba en su despacho tratando de resolver e indagar un poco sobre el chico que perturbaba mi existencia.

Mi curiosidad se había escapado de las manos, Nathaniel había sido muy listo porque no me dió ninguna información importante acerca de su hermano. Y nuevamente, había perdido la conciencia en los brazos de Nathaniel en esa misma tarde.

Luego, desperté en este lugar con un fuerte dolor de cabeza.

Estaba recostada con una ropa que no era uniforme del colegio que recordaba tener antes de desfallecer, tenía puesto un conjunto de pijama que no dejaba mucho a la imaginación, los shorts eran extremadamente cortos y la parte de arriba daba a la vista mis pechos haciéndolos ver voluptuosos, era incómodo.

—Por fin despiertas, princesa.— La palabra princesa en su tono de voz no era dulce, era un tono un tanto de burla y gracia.

Me sorprendió verlo en una esquina, estaba sentado en un sillón de cuero color caoba, tenía aferrado en sus manos un vaso de vidrio y podía ver que tenía dentro una sustancia de licor ¿Whisky? Quizá.

Linaje Real ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora