Reinicio #8

96 5 0
                                    

"La vida está llena de complicaciones", "En la vida y el amor todo se vale" "Pocas personas son las que realmente son lo suficientemente relevantes como para distinguirse del resto de extras inútiles"...

Dejando esa última parte fuera esas habían sido las frases que tanto le repetían, en cada momento, oportunidad o situación que se prestara para ello tenía la posibilidad de escucharlas.

Habiendo comenzado desde su infancia, aun cuando el demostraba explícitamente su desinterés las seguía repitiendo.

Acompañándolo cada mañana hasta cuando se acostaba esas palabras lo seguían acompañando. Sin importarle cuanto le importaba él se las seguía narrando. Apoyando sus manos sobre sus hombros, bajando su mirada hasta que sus ojos pudieran mirarlo la suavidad de su voz se repetía en un bucle incesante.

Imposibilitado simplemente se resignaba, bajando la mirada hacia la oscuridad del lugar donde se encontraban, tratando de ignorarlo como siempre lo había hecho. Igual que aquella vez.

Un sonido molesto retumbaría, cortando de tajo las palabras que escuchaba su mirada se alzaba.

Su mirada clamada acompañada de su inexpresividad habitual se había despertado con un ánimo particular esa mañana. Igual que siempre lo hacia su mirada confundida se enfocaba en contemplar el lugar donde se encontraba.

Bajando su cabeza hasta las sabanas que lo tapaban, resignado cerro los ojos por un breve periodo, evitando que el sentimiento lo consumiera. "No importa lo que pase, yo siempre estaré a tu lado", fueron las palabras que retumbaron, chasqueando con la lengua tras lo que había pasado se levantó de la cama.

Dispuesto a comenzar su rutina alzo sus brazos, estirándose tras la noche de sueño que había pasado, bajando su mirada hacia sus palmas dañadas con su mirada resignada.

Negado con la cabeza ante lo que había pasado, alzando su mirada decidió continuar con u mañana, indispuesto a dejar que algo tan pequeño lo afectara, después de todo hoy tenía algo importante que hacer como para dejar que algo tan insignificante lo afectara.

Apoyando su codo en la madera su cabeza recargada contra su palma se desviaba hacia la sala. Indispuesto a contemplar el periódico que sujetaba la anciana a su lado su mirada se esperanzaba en contemplar un respaldo tapizado.

Apoyando el tazón frente a su cara su atención se vio tomada por una persona que había llegado. Un bicolor tanto en pelo como en mirada colocaba frente a su persona un vaso con jugo.

Asombrado retrocedió su cuerpo, quitando su mano del mueble se acomodó, sentado con la espalda erguida con sus palmas apoyadas sobre su regazo contemplaba atento como le serian el desayuno.

-: Buen día Katsuki – Saludo en un tono frio que tanto lo caracterizaba. Terminando de posicionar cuidadosamente los diferentes alimentos frente a su amigo mientras su mirada se concentraba en observar como la taza de café perteneciente a la persona que lo había acogido de había agotado - ¿Quiere más café, tía Mitsuki?

Mitsuki: Si me haces el favor te lo agradecería bastante – Bajando su mirada del periódico igual que cada mañana contemplo como cierto peli cenizo se había sentado – ¿Ese milagro?

Katsuki: Recibí una llamada – Respondió mientras sujetaba el tazón que contenía el arroz.

Mitsuki: Veo que ya estas socializando – Llevando nuevamente la taza recién rellenada, dando un sorbo despreocupada, aparentando una calma común en casi cada familia, indispuesta a reavivar un fuego apagado se resignó a continuar con su mañana.

Katsuki: Deku llamo ayer y me pregunto que si podíamos vernos – Sorprendida por lo que había pasado sus ojos se abrieron como platos, sintiendo como su bebida regresaba por su garganta su garganta tosió lo que su cuerpo no pudo contener.

Deku el VigilanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora