Capítulo 22

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Bella POV

Muchas voces inundaban mi cabeza, podía oírlas con claridad, la manada, los Cullen y el sollozo lejano de papa, tal vez estaba fuera, todo se fue apaciguando hasta que escuché la voz angelical de la rubia, su aroma a rosas era mas embriagador que nunca.

- Mi dulce Bella, Mi Alma... No podré seguir sin tí... - Dijo con la voz quebrada. Me dolía escucharla así.

No podía dejar que Rosalie hiciera lo que sea que estuviera pensando hacer pero no podía moverme, luego de días y días de sentir que mi cuerpo quemaba y de que mi latido se detuviera pensé que cuando cesó el dolor podría moverme pero aquí seguía.

Después de esas últimas palabras pude oír con claridad como sus pasos se alejaban de "mi lecho de muerte", de hecho los escuchaba más claramente que nunca, mi oído jamás fue tan bueno y menos en mi forma humana.

Traté de no pensar en eso, lo que importaba realmente era volver a los brazos de Rosalie. Si estaba muerta ¿cómo era posible escucharla?¿soy un fantasma?¿si soy un fantasma, por qué no me puedo mover?

De repente sentí y escuché como mi corazón comenzó a latir de nuevo, era lento pero constante y poco a poco aumentaba su ritmo, estaba muy confundida.

Escuché el leve chirrido de la puerta al ser abierta pero al parecer mis latidos hicieron que la rubia se detuviera y volviera a cerrarla, eso me daba algo de tiempo.

Mis ritmo cardíaco aumentaba cada vez más, estaba prácticamente igual al de un humano, supongo que ésto era una señal para intentar moverme.

A medida que los pasos de Rosalie se acercaban sentía como mis músculos que estuvieron tensos e inmóviles por tanto tiempo, se soltaban.

- ¿B-Bella? - De nuevo esa voz que tanto me gustaba decía mi nombre, se detuvo a pocos pasos de la cama - ¿Me estoy volviendo loca? - Casi quise reír, debía hacer algo pronto porque ahora ella pensaba que estaba perdiendo la cabeza.

Volvió a alejarse con su adictivo olor, no podía permitir que lo hiciera, poco a poco moví algo fácil, los dedos de mis manos, luego mi brazo,  después el otro y lo que más me preocupaba, mis piernas. Los dedos de mis pies respondieron, eso era bueno, luego traté de flexionar mis rodillas y funcionó.

Al parecer ninguno de mis movimientos produjo algún sonido porque la rubia seguía alejándose, la puerta volvió a chirriar. Era ahora o nunca.

Abrí mis ojos finalmente, todo se veía diferente a como veía las cosas antes, todo era más claro y brillante, como si se hubiese puesto un filtro en mis ojos, no lo entendía. Podía ver la partículas de polvo volando por el aire, incluso el aleteo de una mosca. Luego tendría tiempo para procesarlo todo, ahora debía correr hacía Rosalie.

Al parecer mi velocidad había mejorado también, nunca corrí tan rápido pero aún así ahora estaba frente a ella.

Su mirada era todo lo que esperaba y más, ahora podía distinguir la profundidad de sus dorados ojos, la rojez en sus labios, el brillo que antes me parecía normal ahora estaba multiplicado y era más hermoso que nunca, su rostro liso y perfecto, su dorado cabello tenía diferentes tonos contratantes que lo hacían lucir bello.

También pude notar la profundidad de sus ojeras, la casi transparencia de su piel, las grietas en su cuello que poco a poco parecían estar cerrándose.

Ella estaba atónita y confundida, sus ojos pasaban por todo mi rostro pero sobretodo en mis ojos, seguramente pensaba que era su imaginación, así que hice lo que quería hacer desde hace una semana y la tomé de la cintura con fuerza, incluso escuché grietas, que no sabía que tenía así que traté de hacerlo más suavemente.

Soulmates (Rosella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora