Capítulo 14

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El señor Newton se alegró de que dejara de verme como un zombie, en broma dijo que le daba una mala imagen a la tienda, había estado muy preocupado estas últimas semanas por mí, de hecho, dijo que me despediría si la próxima vez que viniera seguía mal.

- Bella, por qué no sales un poco más temprano hoy, has tenido unos días difíciles, no me gustaría que piensen que te tengo sobreexplotada - Reí junto con él.

- Pero apena son las 5:20, señor, puedo quedarme - Él comenzó a negar.

- No, está bien, tampoco hay muchos clientes a ésta hora, toma la paga y vete - Puso un sobre con el dinero de la semana en mi mano y volvió para atender a algún cliente.

- Gracias, señor.

Entré al cuarto de empleados para ponerme mi ropa normal y guardar el uniforme en mi mochila.

- ¡Ten una buena noche, Bella, descansa! - Gritó el hombre detrás del mostrador.

- ¡Igualmente, señor, muchas gracias! - Levanté la mano despidiéndome de él.

¿Ahora que haría durante la siguiente media hora? Estaba a tiempo para llegar a esa librería antigua, necesitaba un libro Quileute sobre leyendas, quería aprender sobre mí herencia, tenía el dinero y el tiempo así que empecé a caminar.

El pueblo a ésta hora comenzaba a verse más y más vacío, eran pocas las tiendas que seguían abiertas. Sabía que era fuerte y que nadie me podría hacer daño, sin embargo, caminaba rápido, no quería arriesgarme de manera innecesaria.

Llegué justo a tiempo a la librería antes de que cerrara, compré un libro sobre guerreros espirituales y fríos, por lo menos tendría algo con que distraerme en casa. Sam me dejaba descansar más a menudo teniendo en cuenta el estado en el que estaba, así que tenía mucho tiempo libre, aunque volvería pronto a entrenar si seguía así de bien.

Salí de la librería, la señora que atendía casi me saca a patadas, supongo que esperaba salir un poco más temprano hoy, puso el cartel de "cerrado" apenas puse un pie en la calle.

Me había alejado bastante del trabajo, tenía que volver allí para esperar a Rosalie, apenas eran las 5:50, y si sabía algo sobre la rubia es que era puntual.

Comencé a caminar, tomé un atajo pensando en cortar camino, las calles estaban demasiado oscuras para mi gusto.

Doblé la esquina hacia un callejón, apenas estaba iluminado pero al final pude ver dos personas pasar, no podía distinguir sus rostros, en el momento en el que me vieron a través del callejón volvieron sobre sus pasos e ingresaron al callejón, decidí que era momento de regresar por donde había venido.

- Miren quién tenemos aquí - Escuché a uno de los hombres, había burla en su tono, el otro sólo reía, podía oler el alcohol.

- Hola, linda - Dos más aparecieron frente a mí, estaba asustada, nunca había estado en una situación así - Que linda chica tenemos aquí.

Bloquearon mi camino mientras los otros dos se acercaban por detrás, me obligué a calmarme, podía defenderme sola pero eso no evitó que mi pulso aumentara.

- Que bonita... - Otro de los hombres habló más cerca de mí, su aliento a cerveza me provocaba arcadas. Seguían abriendo latas del líquido ámbar mientras insinuaban cosas asquerosas.

Tenía a los cuatro hombres al rededor de mi diciendo obscenidades, el miedo fue reemplazado por la ira, odiaba el pensar en cuántas chicas habían estado en alguna situación similar y no habían podido defenderse. Pude sentir como mis ojos cambiaban a un tono azul brillante.

- Déjenla para mí...

- Ésta es mía...

- No hay porqué resistirse....

Soulmates (Rosella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora