*ೃ༄ a special look ˚◞♡ ⃗

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— Bueno, ¿Qué tal?

Mariana preguntó a su amigo el cual comía tranquilo, recargado sobre el hombro de su novio. Bueno, si no novio.. era .. raro(? No sabía como llamar a lo que tenían.

— Muy bien la verdad, la mamá de Spreen es un amor.

Miró de reojo al moreno el cual sonrió de medio lado. Este tenía los ojos cerrados ya que le daba el sol de frente.

— No tenés que alagar a mi mamá solo porque yo estoy delante ehhh

Soltó una pequeña risa que fue respondida con un pequeño golpe por parte del castaño.

— Que no, es enserio. Me encanta.
— Salí con ella si tanto te gustá.

Spreen volvió a reir y Roier tan solo todo los ojos.

— No es ella con la que quiero salir.

Soltó ese comentario como pequeña indirecta. El moreno lo miró nada más escucharlo, sus ojos estaban más abiertos que de costumbre, como si le hubiera sorprendido por algo.

— ¿Ah si?
— Pues si Spreen, no me gusta tu mamá

Ahora fue el castaño el que rió acompañado por Spreen.
Mariana tan solo miraba esperando a poder continuar con la conversación.

— ¿Y piensas volver a tu casa wey?
— ...

Roier se quedó en silencio. ¿Quería volver a su casa? Ósea, sabía que en algún momento tendría que hacerlo pero como querer, lo que es querer pues no quería. Es si casa siempre acababa peleado con alguno de sus padres por cualquier cosa, siempre estaba en su habitación o simplemente fuera de la casa solo para verlos el menor tiempo posible.
De hecho, ya llevaba casi una semana sin aparecer por su casa, tan solo iba a para coger algo de ropa o cosas así y si iba esperaba a que sus padres no estuvieran.

— No se Mariana, la situación es muy complicada..

El nombrado le dio un abrazo a su amigo y se levantó para hablar con otro de sus amigos, dejando a la parejita más a su rollo.

— ¿Sabés que podés quedarte en mi casa lo que necesités?

Roier asintió, claro que lo sabía pero aún así sentía que estaba invadiendo el espacio de su familia.

El moreno se acercó y le dio un abrazó por detrás.

— Mi mamá literal te ama. Sos un boludo si pensás que molestas.

El castaño sonrió, que Spreen le dijese esas cosas le parecía lindo.
Se dió media vuelta para quedar frente a frente con el contrario, miró para ambos lados y dejó un pequeño beso en los labios ajenos.
El moreno sonrió a modo de reacción, si quiera fue intencional, Roier se separó y el ya estaba sonriendo. Realmente se sentía completo con el castaño a su lado, le daba felicidad.

Spreen tomó al contrario de la mano y comenzó a andar sin decir nada. Este lo siguió despidiéndose rápido de sus amigos con un gesto.

— ¿Dónde vamos?

Roier pregunto cuando iban a mitad de camino, ya estaban dentro del edificio de la escuela.
El moreno miró para todos lados y entró en el primer aula que encontró libre, asegurándose de que estuviera vacía.
Cerró la puerta detrás de ambos y prácticamente se tiró sobre los labios ajenos.
El castaño no pudo evitar sonreír, Spreen parecía un niño pequeño al que le habían quitado su dulce favorito y en el fondo no iba muy desencaminado.

Así se pararon el resto del descanso, en ese aula, los dos solos entre besos y risas tontas.

[...]

— ¿Recordás a Wilbur?

Los dos chicos andaban por el pasillo tranquilamente, estaba prácticamente desierto ya que las clases habían acabado hacía unos cuantos minutos.

— Claro que me acuerdo, es de los populares, lo conoce todo el colegio.

Ambos continuaron andando mientras la conversación proseguía.

— No sé si sabés pero organiza una fiesta todos los años por final de curso.

— ¿Quién, Wilbur?

El moreno asintió.

— Pues no, no sabía.

— Me dijo que si quería ir. Te digo primero para que vengas conmigo y segundo porque puede venir todo el que quiera, podés invitar a Mariana, Aldo, Quackity ...

La cara del castaño prácticamente se iluminó, le hacía ilusión la idea y además Spreen le había pedido ir con él a la fiesta.
Asintió sin pensarlo dos veces, tenía muchas ganas de ir. Además no iba a permitir que esta vez terminase todo de la misma forma que acabo la ultima vez que salió con el moreno de fiesta, no pensaba beber tanto porque está vez si quería recordar al detalle todo lo que pasará, algo le decía que iba a ser genial y no quería que sus recuerdos fueran alterados por el alcohol una segunda vez.
Por culpa de aquel líquidos del demonio no recordaba bien su primer beso con Spreen y hasta cierto punto eso lo molestaba.

La pareja llegó a la casa del más alto al cabo de un rato andando.
Al entrar el castaño saludó a la mujer morena que se encontraba lavando algunos platos. Este se acercó y le dió un abrazo, aquella mujer era literalmente un trozo de cielo, era la persona más buena y linda que jamás había conocido, la adoraba demasiado.
Está recibió el abrazo con gusto y dejó un beso en la cabeza del más bajo.

— ¿Que tal les fue en la escuela?

El moreno, que estaba apoyado en el marco de la puerta fue quien contestó primero.

— Igual de aburridas como siempre.

— No es cierto.

Roier habló, interrumpiendo al contrario el cual lo miraba sonriente.

— En clase de arte nos enseñaron a grabar planos, me encantó.

La mujer sonrió al ver a los dos, se veía desde lejos lo mucho que se querían.

— Que aburridooo

Spreen habló en tono burlón, intentando picar al contrario, lo cual consiguió.

— Aburrido tu pito chiquito.

La mujer rió al escuchar la réplica de Roier.

— Eso no lo sabes.

— Si no te gustó es porque la tienes chiquita.

La mujer aguantó la carcajada al escuchar el argumento de Roier y mando a su hijo a buscar algo al cuarto para poder quedarse hablando con el nombrado.

— Roier

Este se giró para mirarla, se habían separado del abrazo hacia un rato.

— Quiero que sepas que me alegro mucho de que Spreen te haya conocido.

Lydia hizo una pequeña pausa y continuó hablando.

— Hacía mucho tiempo que no veía a mi hijo así de feliz, le has devuelto su brillo poco a poco y te estoy muy agradecida por eso.

Roier no pudo evitarlo y fue corriendo a envolver a la mujer de nuevo en un abrazo, aquellas palabras le habían llegado al corazón.

— Además, él te quiere mucho. Se nota en sus ojos cuando te mira, si mirada.. sus ojos te ven de forma especial.

El castaño notó como sus mejillas se encendían y desvío la mirada hacía otro lado, se había avergonzado al escuchar eso de la mamá de su "novio" entre comillas, pero al mismo tiempooe había hecho muchísima ilusión.

— Bueno, acá traje lo que necesitabas ma.

Lydia se acercó a su hijo, tomó lo que este le trajo y abandonó la cocina dejando a los dos chicos solos.

heartbreaker ⋆ ˚。⋆୨୧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora