*ೃ༄ Party, rock anthem˚◞♡ ⃗

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El resto de la semana había pasado prácticamente volando, tanto que Roier ya se encontraba en su cuarto, frente al armario, estresado por no saber que ponerse.
— AYUDAAAA
— Ay Roier pendejo, da igual que te pongas, al Esperen le vas  gustar hasta con una bolsa de basura. — Rivers hablo desde el teléfono, el castaño la había llamado para que le ayudara a decidir que ponerse.
— Pero eso no me sirve para ir a una fiestaaaaa.
— Ay bueno, ponte los vaqueros con la sudadera roja. El rojo te sienta muy bien. — Roier sonrió aunque la rubia no pudiera verlo y comenzó a buscar lo que ella le había dicho. Tomó también una camiseta blanca para ponerse debajo, por sí acaso. — Listo, muchísimas gracias Rivis, te debo una.
— Me debes varias ya ehh.
— Sisi, lo que tu digas pendeja.  — El castaño se dispuso a colgar la llamada pero antes de que este pudiera apretar el botón la rubia volvió a hablar. — No te olvides de hacerte el delineado ese que otras veces te haces, te queda muy bien, seguro que a Spreen se le cae la baba cuando te vea.
— Ok, ya fue demasiado, chao. — Y entonces apretó el botón dejando su habitación en completo silencio.

Tomó el teléfono y fue al baño para terminar de arreglarse.
Se peinó colocando la bandana con extrema delicadeza y tras eso miró fijamente el lápiz de ojos. Su mente se estaba debatiendo entre sí hacerlo o no pero bueno, el que no arriesga no gana. 
Agarró el lápiz y se hizo el simple delineado. Al acabar lo soltó donde estaba y se miró al espejo. Se veía bien, o eso creía él.
Revisó un par de veces más si tenía alguna imperfección y tras eso pasó a revisar su teléfono para ver si el moreno le había dicho algo y de paso mirar que hora era.

Sonrió nervioso al ver que apenas quedaban unos minutos para la hora que habían acordado por lo que se sentó en el sofá a esperar que el contrario le avisare de que ya estaba.
El mensaje no tardó ni dos minutos en llegar por lo que se levantó y salió de la casa, no sin antes revisar que llevaba todo lo necesario. Móvil, cartera y llaves...

Spreen estaba fuera, esperando a que el castaño saliera y cuando lo hizo no pudo evitar hacerle un repaso de pies a cabeza. Se acercó y lo abrazó aprovechando para aspirar de forma sutil su aroma de nuevo.
Se veía demasiado bien, el rojo era un color que a Roier le sentaba de maravilla y el conjunto con el resto era fantástico pero lo que más había llamado su atención había sido el delicado delineado que el castaño llevaba. Le sorprendió lo bien que le quedaba, lo hacía ver genial.

Los dos se separaron del abrazo y Spreen tomó la mano contraria para dirigirlo hasta su auto. Esta vez fue Roier quien las entrelazó, tomando un poco de iniciativa.
Al llegar al coche el moreno le abrió la puerta del copiloto para que se sentara, lo cual hizo.
Se colocó el cinturón mientras el otro se sentaba y arrancaba el coche. No pudo evitar aprovechar que estaba distraído para pasarle una mirada detenida de arriba a abajo.
Su outfit se basaba en el color negro, llevaba unos cargos de dijo color junto con una camiseta blanca y una camisa de cuadros blanca y negra. Su cuello era adornado por una pequeña cadena y sus clásicas gafas de sol colocadas en su pelo rizado, dejando a la vista los lindos orbes violetas del moreno. A ojos de Roier iba completamente perfecto, adoraba como le quedaba el negro. Continuó mirando hacía arriba y no pudo evitar pararse en los labios ajenos, se perdió un poco mirando estos pero al poco tiempo desvío la mirada, no quería que el moreno pensara cosas raras de él.

No tardaron mucho en llegar al lugar de la fiesta, bueno, a la casa donde era la fiesta. Para ser sinceros Roier no tenía ni la más mínima idea de quien era la casa ni de quien daba la fiesta o de que celebraban, él solo iba para acompañar a Spreen, porque él se lo había pedido.
Los dos bajaron del coche. El moreno lo cerró y tras eso volvió a tomar la mano del castaño para no perderlo entre la gente al entrar, o eso decía él en su mente.
Ambos andaron hasta la puerta, Spreen llamó y tras unos minutos fue abierta por un chico del Instituto que Roier tan sólo conocía de vista. Este le dio la bienvenida al moreno y los dejó pasar a los dos.

heartbreaker ⋆ ˚。⋆୨୧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora