Vol 5. Capítulo 3. - Vivo en un sueño del que no puedo despertar.

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17 de octubre...

Hoy, saliendo de clases, Sakuta tiene turno en su trabajo de mesero en cierto restaurante. Inmediatamente llegando al trabajo, Sakuta se cambió para comenzar su jornada, pero una leve y grata sorpresa se llevó, al darse cuenta de que el establecimiento estaba inusualmente más tranquilo. Por ende, Sakuta se quedó quieto detrás la cocina recargándose en una pared.

-''¿Paso algo?''. -Una cálida y femenina voz le hablo de la nada: era Koga Tomoe, quien se percató de su compañero pensativo.

Sakuta: Nada. Solo pensaba si tu encanto atraería a más clientes en este tiempo libre.

Koga: No sabes mentir. Si tanto tiempo libre tienes, ayúdame a mover el tanque de cerveza.

Sakuta: Marchando...

-Dando un pequeño bostezo y estirándose los brazos, él respondió. Ya frente del mencionado tanque de cerveza, Sakuta y Koga le pusieron las manos encima.

Koga: Vamos. Tres y... ¡Ya!

-Preparándose para levantar el tanque, ella expresó mientras agregaba un quejido al final. Esto le pareció gracioso a Sakuta, por ello, dejo salir una carcajada burlona. –''¡¿Qué es tan gracioso?!''. -Molesta, porque ella fue la única que ya estaba empleando fuerza, declaró mirando directamente a Sakuta.

Sakuta: Es que dijiste algo raro. ¿''Tres y...''?

-Koga se extrañó un poco a la vez que se sintió apenada.

Koga: ¿Qué no se dice así en Tokio?

Sakuta: En Kanagawa tampoco.

Koga: ¿En serio? ¡El otro día lo dije mientras limpiaba con Nana-chan!

-Notablemente muerta de vergüenza, con la cara casi rojiza por completo, ella dijo.

Sakuta: A veces se te escapan cosas, así que supongo que ya lo sabe.

Nuevamente, ambos pusieron las manos sobre los extremos agarradores del tanque de cerveza, y se preparaban para levantarlo.

Sakuta: Vamos ahora sí. Tres y... ¡ya!

Koga: ¡Eres muy malo!

Sakuta: Ja, ja, ja... Hablar contigo me anima.

-Con una leve sonrisa, casi imperceptible, el declaró sinceramente.

Koga: ¡Dilo con sentimiento! ¡Eres irritante!

Esa misma tarde: luego de acabar con su jornada laboral, Sakuta ha llegado a su hogar. Y, sin creérselo, lo primero que vio: fue a Kaede hablando por teléfono.

Kaede: Bienvenido, hermanito. Es tal y como dijiste, Mai-san, ya llegó mi hermanito. Sí, hay lo pongo al teléfono.

-Contenta, como si hubiera platicado gratamente con Mai por un buen rato, finalmente se despide de ella dándole el parlante a Sakuta.

Sakuta: ¡Mai-san!

-El saber que hablará con Mai le hizo mejorar un poco su humor, y lo expresó al saludarla a través de la llamada.

Mai: Bienvenido a casa. Te vi llegar desde el balcón. ¿Cómo sigue Kaede-chan? La vi más animada desde la mañana. Me alegra.

-Tranquila y relajadamente, ella decía desde la comodidad de su balcón, al aire libre.

Sakuta: Gracias por preocuparte por Kaede, Mai-san.

Mai: Tú también debes cuidarte.

Sakuta: Yo estoy bien. Cuando me sienta cansado te pediré que me mimes.

Todos aman a Mai-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora