La Presa Del Mafioso

pesadillas

No sé cuántas horas pasaron, solo se que me encontraba llorando y sollozando en la misma posición de antes.

Hasta que María, mi mejor amiga de la universidad, tocó mi puerta desesperadamente rogándome entre llanto que habrá, sabía a qué venía, sabía lo que venía a decirme, ella siempre tuvo un crush con Peter, supongo que ya se enteraron de lo que le pasó.

Tengo mucho miedo mi cuerpo no deja de temblar involuntariamente y aunque no e visto mi reflejo puedo asegurar que estoy roja y que ya tengo los ojos hinchados de tanto llorar, pero María es mi unica amiga y estoy segura que la está pasando mal con esta noticia.

No sé de dónde saco valor pero me levanto del suelo acercándome a la puerta quitándole el seguro, desde que está abrió, ví como María se acercaba a mi desplomandose en mis brazos a llorar

- lo mataron, alguien mato a Peter- dice está entre llanto.

Yo solo le acaricio el cabello abrazándola con fuerza.

- Lo si-siento tanto, mi voz sale ronca y acompañada de mis sollozos.

María se quedó a dormir conmigo, aunque yo solo estaba acostada en la cama como un zombie no podía cerrar los ojos por qué automáticamente llegaba a mi mente la escena dónde ese hombre le quitaba la vida a Peter cruelmente.

Aún seguía llorando y mi mente se obligaba a solo mirar el techo por qué si observaba a alguna esquina de la habitación ahí podía ver a Peter y por otro lado el rostro de ese hombre.

Que perfectamente lo puedo describir como a lucifer hermoso a la vista, pero malvado y dañino.

No sé en qué momento me quedé dormida solo se que me despierto sintiendo una rara vibra a mi alrededor no se cómo describirlo es una sensación inexplicable la luz de mi mesita de noche parpadea no se en que momento empezó a fallar intento moverme pero parezco pegada a la cama

Hasta que capto un movimiento saliendo de la oscura esquina de mi habitación sus pasos son lentos y mi desesperación por moverme empieza a aumentar hasta que un pálido Peter el cual tenía un ollo en su cabeza justo donde aquel hombre le disparó se para frente a mi.

- tu eres tan asesina como el.

Intento hablar pero no puedo

- tu eres su cómplice, viste como me mataba y guardaste silencio.

Peter seguía acercándose a mi lentamente mientras yo seguía sin poder moverme.

- Eres tan culpable como el. Decía mientras su rostro se volvía más y más terrorífico.

De repente dejo de caminar y me miro como un espectro endemoniado - y por esooo- todo paso muy rápido solo veía a Peter correr hacia mi, como si quisiese matarme.

Desperté de golpe soltando un grito estaba llorando y temblando todo había Sido un sueño solo un sueño, María estaba a mi lado evidentemente preocupada, ella agarró mi cara suavemente con ambas manos y me miro fijamente tratando de hacer que me concentrara en ella

- tranquila Tasha, ya pasó, respira.

Me dió un abrazo y no sé quién consolaba a quíen.

- todos tenemos miedo- dice al ver mi silencio- prácticamente mataron a Peter en muestras narices y nadie vio nada.

Algo se revolvió dentro de mi

- Maria yo....

Ella se quedó expectante esperando a que hablara. Pero no pude por un minuto pensé en contarle que había visto todo.

- yo lo siento mucho- complete- se cuanto tiempo duraste amando a Peter en silencio.

Está me da una sonrisa triste.

- vamos me dice obligándome a levantarme de la cama tenemos que arreglarnos para darle el último adiós.

Aunque intento sonar fuerte su voz sonaba débil dejando en evidencia el dolor que claramente sentía.

María entro al baño y yo quedé en mi habitación en espera a que ella saliera para luego entrar yo.

Mi mente estaba en blanco ya no lloraba creo que ya no tenías más lágrimas para soltar me sentía débil, pero aún así tenía una sensación molesta en el pecho que dolía bastante, y el sueño que tuve se repetía en mi mente una y otra vez

Yo también era complice, lo ví todo y guarde silencio

Pero tengo tanto miedo recordar el rostro de aquel hombre me hace temblar de mala manera estoy segura que será el protagonista de todas mis pesadillas.

- Tasha!- María está moviendo las manos frente a mi cara tratando de sacarme de mis pensamientos, - que ya puedes usar el baño.

- está bien.

Arrastró mis pies hasta el baño y clavo mis ojos en el espejo de este, lusco demacrada unas marcadas ojeras adornan mis hinchados ojos mientras que mi cara está roja e hinchada también de tanto llorar.

No puedo evitar apartar la mirada del espejo agachando la cabeza huyendo de mi misma

Soy una cobarde, mi miedo a hablar a contar la verdad me está convirtiendo en cómplice de un asesino.

Sin tan solo fuese valiente, acabaría con está tortura que siento y que está acabando conmigo desde adentro.

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Llegamos al lugar donde se realizaban los actos fúnebres de Peter, allí había un ataúd con un cuadro grande de su foto al lado.

Ver cómo su madre y su hermana lloraban tan desgarradoramente de dolor solo hizo que me sintiera aun peor si es que eso era posible.

No quería dejar a María sola, pero no pude seguir ahí viendo como una madre desconsolada lloraba por su hijo pidiendole  al cielo que se lo devolviera.

Cuando daba la espalda para irme la escuché gritar algo que hizo que un frío me recorriera todo el cuerpo.

- Espero que quien te allá echo esto se pudra en el infierno hijo mío- dijo entre llanto- que ese asesino nunca pueda vivir en paz.

Más lágrimas escaparon de mi rostro, por qué yo al guardar silencio era complice, y me sentía como una asesina también.

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No sé cuánto días pasaron solo ví como poco a poco todo el mundo volvía a la normalidad pero yo no, yo seguía atascada en el mismo lugar.

Había bajado de peso ya que apenas probaba bocado de comida, no asistia a clases  tampoco hablaba con María la evitaba siempre ya que no podía mirarla a la cara, también las pesadillas se volvían cada vez más intensas sin obviar que veía a Peter en todo lados, y el rostro de aquel asesino no salía de mi mente nunca.

Eso me llevo a tomar está decisión

Estoy parada frente a la comisaría convenciendome de hacer esto tratando de darme valor.

Lo que estoy viviendo no es vida, desde la muerte de Peter no e tenido ni un segundo de tranquilidad

Así que llenandome de valor me dirijo con paso inseguro a la comisaría, voy el camino enteró mordiendo la uña de mi dedo mayor hasta desprender la carne de este haciendome sangrar.

Mientras me voy acercando al oficial trato de convencerme más y más y es que realmente ya que pase lo que tenga que pasar, pero tengo que confesar lo que ví. 

No puedo seguir así, hundiéndome cada día más en esta angustia.

El policía que estaba sentado en un escritorio levanta la mirada de unos papeles y la posa en mi.

- en que puedo ayudarla señorita?

Mi voz salió llena de temor e insegura.

- vengo a confesar algo sobre el asesinato de Peter torner.