Reto día 3: Mientras más luces, mejor

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Título: Mientras más luces, mejor


Sebastian

– ¡Mamá, Barbara tiene novio! –Escucho que grita Dante, nuestro hermano menor

– ¡Eso es mentira! Debes de haber visto mal. –Dice la mentirosa, más conocida como mi hermana menor. Aunque es la hija del medio.

A veces es fastidioso ser el hermano mayor. Sobre todo cuando mis hermanos menores son Barbara y Dante. No hacen otra cosa que discutir por cualquier estupidez y yo debo estudiar y con sus discusiones no me concentro.

– ¿Tienes novio? ¿Lo invitarás a la cena navideña? –Pregunto sólo para conseguir que se moleste más.

– No, no tengo novio. Es un amigo.

– ¿Ahora los amigos se besan en la boca? Porque al menos yo no hago eso con mis amigas. –Dice Dante observándola

–Dejen a su hermana en paz y vengan a ayudarme a poner las luces en el árbol. –Dice mamá. –Ahora. Quiero ganarle a la vecina y que este sea el árbol más luminoso de la calle. Mientras más luces, mejor. Así que muévanse.

La navidad pasada mi mamá inició una rivalidad con la vecina porque ambas casas estaban llenas de luces, pero cuando hicieron una votación por la casa más luminosa, ganó nuestra vecina. Una señora que ama hornear galletas.

Me sentí un completo traidor cuando voté por la vecina y no por mamá, pero es que a mi querida madre se le quemaron las galletas. Un delito si me lo preguntan. 

–Bien, yo te ayudo. –Barbara se acerca y la ayuda con las luces que están en una caja.

–Por eso eres mi hija favorita. Vamos a demostrarle quién manda a Sonia. No me ganará otra vez. –Dice mamá sacando otro juego de luces que tiene guardado. 

–Es tu única hija, es normal que sea la favorita. –Respondo desde mi asiento divertido

–No puedo creer que hayas quedado en ese programa. Me sorprende que no quebraras algún espejo cuando audicionaste. –Cambia de tema Dante, porque él al igual que yo, apoyó a Sonia y a sus deliciosas galletas caseras.

–Concuerdo con Dante, al menos tendremos material para molestarte durante años.

–Cuando yo sea una cantante famosa vendrán a pedirme disculpas. Porque ganaré, lo sé. No he tomado clases de canto en vano. –Asegura Barbara ahora decorando el árbol junto a mamá.

La navidad es una fiesta que me gusta, adoro recibir regalos. Pero me da un dolor de cabeza terrible al momento de escoger los regalos para mi familia. Jamás sé que le puede gustar a Barbara y Dante está en la fase de jugar videojuegos. Así que al menos con él es más fácil.

–Tendría que ser un milagro de navidad que ganaras. Hay muchos participantes. Si ganas, juro que creo en la magia.

–Mamá, dile algo. 

–Dante, deja en paz a tu hermana. ¿Por qué creí que tener hijos sería una buena idea?

– ¡Mamá! –Gritamos los tres al mismo tiempo sonando indignados. Ella nos observa y se ríe.

–Era una broma, los quiero a los tres, pero a veces... Olvídenlo. Barbara, canta algo. Quiero presumir que además de que mi casa será la más iluminada, tengo una hermosa hija que canta. Mientras más fuerte, mejor. Seguro Sonia está haciendo la siesta. 

– ¡No! Seguro quebrara los vidrios de la casa. –Dice Dante divertido y yo escondo mi sonrisa para que la señorita "pronto seré famosa" no se moleste más.

–Por supuesto mamá. Ya verás cómo te contagio la magia navideña.

Mi hermana se pone a cantar y yo me doy por vencido con mi estudio. Me levanté temprano para poder estudiar un poco, pero ahora que están todos despiertos se me hará imposible continuar. Mamá seguro irá a comprar más luces para añadirle al árbol y me pedirá que la acompañe.

Me dedico a observar a mi hermana y noto que ha mejorado un poco, pero no se lo diré, después de todo, las clases de canto que ha tomado sirvieron de algo.

Cuando termina de cantar una canción navideña me sorprendo aplaudiéndole, lo que provoca que sonría orgullosa. Ella siempre ha tenido una personalidad fuerte y casi siempre logra lo que se propone. Algo que sin duda admiro de ella.

–Me parece haber oído la voz de mi niña. –Dice papá recién bajando de su habitación. Podría ser el fin del mundo y él ni lo notaría.

–Estoy ensayando para cuando sea famosa. ¿Lo hice bien? Porque puedo volver a hacerlo...

– ¡No! Yo sí aprecio mis oídos. –Dante se tapa sus oídos y Barbara le saca la lengua

–A mí sí me gusto Barbie. –Dice mamá

–A mí también, mi pequeña. –Dice papá acercándose para abrazarla. Es divertido que la llame pequeña cuando Barbara es alta, más alta que nuestra madre y la mayoría de las chicas de su edad.

–Muy bien, a pedido del público... Volveré a cantar. –Dice volviendo a poner la misma canción.

Yo sonrío al ver la reacción de Dante y saco mi celular para grabarla y luego poder molestarla. Puede que mi familia no sea perfecta, con mamá y su obsesión con las luces navideñas para el árbol y con Barbara y su idea sobre ser famosa, pero los quiero.

Serán unas caóticas, luminosas y ruidosas navidades. Justo como mi familia, es perfecto. 


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