- ¿Segura que estarás bien, Lucy? Disculpa que te lo diga, pero... No me gusta nada que te hayan pegado en la cara.
Lucy le dedicó una sonrisa tímida, y sus mejillas se encendieron. El niño en verdad se veía preocupado, incluso un poco molesto. ¡Era lindo que alguien se preocupara tanto por ella!
Estaban sentados, solos; en el pórtico de la casa de Lincoln. Anochecía, y la fiesta había acabado desde hacía un rato. Todos los amigos de Lincoln se habían ido, y la familia de Lincoln le dio su espacio a la linda parejita de enamorados. Tan solo esperaban la llegada de Lori para que Lucy regresara a su casa.
- Entiendo, pero... Bueno. No me gustaría que te preocuparas tanto. Es que... discutimos por algo y mi hermana se ofuscó. En verdad no me pegó fuerte. ¡En serio! Lo que pasa es que... Ya te dije. Mi piel de verdad es muy sensible.
Lincoln la miró fijamente, y Lucy agradeció que no pudiera ver sus ojos. Sabía que no podría sostenerle la mirada.
El chico no se creía nada; de ninguna manera. Él también tenía la piel sensible, y las lastimaduras que se hacía practicando deportes nunca se veían así. El golpe tuvo que ser muy fuerte para que los dedos fueran tan visibles en su piel, de eso no había ninguna duda.
No podía evitar sentirse preocupado. ¿Lucy era una niña maltratada? ¿Le pegaban todo el tiempo? Un rato antes fue testigo de cómo utilizaba la pintura blanca para disimular las marcas de su mejilla. ¿Tendría otras lastimaduras en su cuerpo, y las disfrazaría de la misma manera?
Tuvo que hacer un esfuerzo y cortar el hilo de sus pensamientos. La sola idea de que alguien pudiera hacerle algo a su querida Lucy lo ponía mal. ¿Qué clase de familia podían ser los Loud, para arreglar sus problemas y discusiones a golpes? ¿Acaso no sabían dialogar? ¿No se respetaban entre ellos?
No dijo nada en ese momento, pero una idea comenzó a germinar en su mente. Pensó que no estaría de más hacer una visita a la casa Loud.
- Bueno, ¿sabes? No importa que te hayan pegado fuerte, o si tu piel es muy sensible. Mis papás nunca nos han pegado. Siempre nos llevamos muy bien en la casa; y las pocas veces que mis papás se han enojado mucho, se salen un momento y hablan con nosotros cuando ya están más calmados. Siempre nos dicen que, aunque sean nuestros padres, no tienen derecho a desquitar su coraje golpeándonos.
- ¡Bendita sea tu familia! -susurró Lucy, sin poder evitarlo.
- ¿Perdón? -preguntó Lincoln, fingiendo que no haber entendido.
- No... Nada. Me parece algo muy bueno, Lincoln. Y dime, ¿de verdad quieres dar ese paseo nocturno mañana?
- En realidad, me gustaría llevarte a tomar un helado en el parque. ¿Qué dices? ¿Te gustaría? Puedo pasar a traerte a tu casa.
Lucy se sonrojó un poco más. La idea le encantaba. No lograron consumar el beso que estuvieron a punto de darse en el baño, y hasta el momento, Lincoln no le había propuesto noviazgo ni nada parecido. Pero de manera inconsciente, Lucy ya se había hecho a la idea de que había algo entre ellos que superaba la simple amistad. Aquello se parecía muchísimo a una genuina cita romántica.
Y por supuesto, no iba a perder la oportunidad.
- ¡Claro que sí! -dijo la niña, sin tratar de ocultar su entusiasmo- ¿Te parece bien a las cuatro?
- ¡Perfecto! Paso por ti, entonces...
De pronto, una preocupación lo asaltó. Tenía que asegurarse de que Lucy de verdad pudiera salir.
- Lucy...
- ¿Sí?
- No crees que... Bueno... ¿Crees que tus papás podrían decirte que no puedes ir?
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Lincoln Pingrey (Lucycoln)
FanfictionPrimera versión de la historia. Inspirado en un relato de: Cadiano21 (Wattpad) Lucy Loud es una niña diferente y especial, que siempre se ha sentido rechazada por su familia debido a su particular aspecto y al hecho de que vino a sustituir a un niño...