ROMA

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Me cogió de la mano y yo la agarre sin ganas.
-Me siento genial contigo Sofía.
-Para eso me pagan. Le contesté.

En el fondo me veía como el resto, una aventura, algo novedoso y aunque me estuviera ayudando en el fondo sólo quería follarme.
Quería a María y una vida con ella y yo solo era su entretenimiento, su juguete.
Cuando subí al avión a penas articulamos palabras, ella iba hablando sobre el trabajo y yo escuchaba música.
Al llegar al hotel me sorprendí, porqué reservó dos habitaciones. Una para ella y otra para mí.
Mi cara sorprendida le llamó todavía más la atención y me dijo.
-Ya te dije que quería una amistad contigo Sofía, así tienes tu propia intimidad. Tómatelo como unas pequeñas vacaciones de una amiga.
En el fondo me dió pena, me hubiera encantado dormir junto a ella, sentir su cuerpo, besarla por primera vez y aunque supiera que toda aquella situación sería una simple aventura. Estaba deseándolo.
-No hace falta, podemos dormir en la misma cama si quieres.
-No tranquila, creo que lo del otro día no volverá a pasar. No quiero cagarla con María. Cuando te duches si quieres te vienes a mi habitación y hablamos un rato.
Cuando me fuí a duchar no podía dejar de pensar en ella. Estaba deseando volver a verla y que me hablará más de ella y yo poder hablarle algo de mi vida. Me apetecía.
Cuando llegué a la habitación, llevaba un pijama de seda y le hacía un cuerpo de escándalo.
Pero por otro lado yo no podía dejar de pensar todo lo que había pasado el día anterior en el local.
Había vuelto el tipo que nos denunció buscándome.
Aquella noche fue horrible y mis compañeras de allí tuvieron que esconderme. Aquel hombre estaba loco y quería matarme. Toda aquella situación me tenía demasiado nerviosa. Me tiré dos horas encerrada en un lavabo hasta que consiguieron convencerlo de que yo no estaba en aquel local.
Le tenía tanto que agradecer a Looren, sin conocerme, sin querer respuestas me ayudó.
-¿En qué piensas tanto?¿Estás bien?
Oye aquí está todo pagado, tienes pensión completa. Mientras trabaje tengo contratado a un conductor que te llevará y pagará lo que necesites.
-No necesito tanto Looren, no te pedí ayuda para esto.
-Pero yo quiero que estés cómoda y te sientas agusto. Así que lo dicho, lo que necesites...
Además te tienes que comprar ropa...
-No me pienso gastar nada de tu dinero.
-¿Me vas a contar algo de ti? Me gustaría conocerte más.
Le agarré de las manos.
-No quiero darte pena ni que pienses que mi vida ha sido un película mala de culebrón.
No sé si quieres saber realmente tanto.
-Me da igual, no te pienso juzgar.
-Nací en un pequeño barrio de Rusia, mis padres me dieron en acogida...
Le conté más o menos la historia, lógicamente no le dije nada del incidente de Rusia y mucho menos que tenía una deuda que pagar.
-¿Y no quieres cambiar de vida? Yo podría ayudarte Sofía... Sé nota que no eres feliz.
-Eso no lo sabes, no me conoces..
-Bueno algo más sí, y lo intuyo en tu mirada en tus ojos.
-Es complicado dejar este tipo de vida.
-Pero yo puedo ayudarte...
-Pero no es tan sencillo.
-¿Sabes que yo de pequeña también sufrí acoso y abusos? Me pegaban en el colegio y algunos niños me metían mano. Yo jamás dije nada. Por eso puede ser que tenga tanto bloqueo sexual, nunca me ha parecido importante el sexo.
-Siento que tuvieras que pasar por ello. El sexo es bueno si se utiliza bien, el problema es que en la mayoría de casos no es así. Y vivimos experiencias de pequeños que no deberíamos de vivir.
-¿Que edad tienes Sofía?
-Tengo venti-tres ¿Y tú?
-Tengo venti-nueve.
-¿Y a que te dedicas?
-Pues trabajo en una empresa de inversiones, donde firmamos acuerdos. No puedo tampoco hablar mucho sobre ello, tenemos firmado un acuerdo de confidencialidad. ¿Y a ti en un futuro que te gustaría hacer?
-Pues me gustaría mucho trabajar de asistenta social, ayudando a mujeres maltratadas.
-Podrias hacerlo, yo te puedo ayudar si quieres...
-Quien sabe algún día...
Ella no podía entender porque no quería dejar ese tipo de vida. Y yo no podía pedirle ayuda, no quería ponerla en peligro.
Aquella noche nos bebimos un par de copas y empezamos a tontear.
-Me encanta tu pelo Sofía, no sé porqué te ponías peluca. Empezó a acariciarme el pelo.
Nuestras miradas se cruzaron y nos miramos los labios. El deseo era más que evidente. Me encanta esa chica. Y no podía evitar pensar en ella como algo más.
Entonces le empecé a acariciar la cara y le dije.
-Gracias Looren, gracias por ayudarme sin explicaciones, gracias por todo eres increíble.
-Espero que algún día me expliques todo.
Nuestras bocas cada vez estaban más juntas.
Pero entonces le entró una llamada.
-Perdona, es María, tengo que cogerlo.
Dichosa Maria, no sé si me daba más rabia que estuviera con ella aún sin ser feliz o que María fuera tan egoísta que no la dejara volar.
Cuando vi que no paraba de hablar con ella me fui a la habitación y le escribí un mensaje de buenas noches.
E intenté dormirme.
Justo cuando estaba quedándome medio dormida, picaron a la puerta.
-Soy Looren ¿Puedo dormir contigo?
-Claro que puedes pasa.
Y aquella noche por segunda vez dormí abrazada a ella.
Era una sensación increíble, tan maravillosa, su aroma, sus brazos rodeando mi cintura, su respiración.
Sentir su corazón latir...
Teniéndola cerca, todo estaba bien, todo estaba en paz.
Cuando me levanté por la mañana y se había ido a trabajar y como no quería coger de nada de su dinero.
Abrí una aplicación que tenía de chica de compañía y quedé con un hombre en su casa.
Me pagaba cuatro cientos por una mamada. No estaba mal. Así que accedí y cuando llegué al lugar aluciné, eran unas oficinas de trabajo. Me había dicho que subiera hasta la última planta.
Cuando llegué había una chica en la mesa de recepción.
-Tengo una cita con el señor Ramón.
-Digame su nombre.
-Sofía.
-Una momento por favor, tome asiento.
Era una oficina que se notaba que trabajaba gente con mucho dinero.
Cuando me recibió Ramón pude ver qué pasaban ejecutivos de alto estándar.
Cuando me llamó y pasé, su despacho era más grande que todo el comedor que teníamos en el local para mí y todas mis compañeras.
El hombre se notaba que se cuidaba y iba muy arreglado con su camisa y sus pantalones de pinza.
-¿Quieres una copa?
Podía notar la cara de morbo, de deseo que desprendían sus ojos. Eso me hacía sentir inferior, sentir sucia. Pero necesitaba el dinero...
Cuando nos tomamos la copa, empezó a bajarse la bragueta y mientras empecé a comerle el pene entró una chica.
No podía ser... Era Looren.
-Perdon Ramon, lo reclaman...

Podía ver la cara que se le quedó al verme y a mí más todavía al ver que se la estaba comiendo aquel hombre que parecía conocer muy bien.

Lo peor de todo es que se lo tomaron con normalidad, no creo que fuera la primera vez que lo pillara con alguna chica.
Aquella vez en su rostro aunque intentó disimular, se quedó blanca y salió rápido para disimular.
Y yo me sentí peor de que me tuviera que ver en esas circunstancias...
Cuando acabé de aquello, me fui directa al hotel.
Y me pusé a llorar, de alguna forma sabía que después de aquello no me podría ver con los mismos ojos y con razón...

 ×∆ ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀÑÍᴀ ×∆ ᴇꜱᴄᴏʀᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora