El accidente

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No podía creer lo que me estaba pasando. ¿En serio se me habían declarado Xenia y Sofía a la vez?
Cada vez tenía más dudas, pero no podía ser. Con ellas dos... Yo no podía aceptar la idea de una relación de tres personas.
Aquel día era el juicio, y tenía que declarar en contra de mi padre.
Llevaba días que ese tema no lo llevaba nada bien.
Justo aquella mañana me entró una llamada de Sofía.
-Tenemos que hablar.
-¿Qué quieres Sofi?
-Es por tu padre, sé que es el abogado...
-Espera voy y te lo explico.
Cuando llegué allí Sofía estaba llorando.
-¿Cómo has podido hacerme esto?
-¿Qué crees que para mi es fácil en testificar en contra de él?
-¿Vas hacer eso?
-Pues claro, aunque sea mi padre, no estoy de acuerdo con lo que hace. También te digo que si no hubiera sido mi padre jamás, te habríamos encontrado...
-¿Estás mal, verdad?
Me puse a llorar...
-A ver qué esperas, es mi padre. No sabes lo mal que he llevado está situación sola.
-Podrias habernoslo contado.
- No me veía con fuerzas.
Me abrazó y la abracé.
Sus labios y los míos se juntaron, entre besos apasionados se nos escapó algún que otro gemido.
Yo me sentí fatal por Rebeca, pero es que Sofía tenía algo especial, algo superior que me superaba.
Y con Xenia me pasaba parecido, llevaba dos noches durmiendo con Rebe para evitarla. Pero de mi cabeza ninguna de las dos desaparecía.
-Hoy después del juicio, lo mejor es que me vaya una temporada, no puedo...
-¿De qué tienes tanto miedo Looren?
-De enamorarme de las dos... Eso no puede salir bien.
-Joder, seguro que no si no lo intentamos.
-Una relación de tres no puede funcionar.
Entonces se me acercó, a centímetros de mi, podía ver cómo sus labios se rozaban junto a los míos, sus besos.
-Ay Sofía, eres una bruja, me embrujas, para de hacer eso.
-¿El qué, besarte?
-Sí, eso...
Echaba de menos a Xenia, pero necesitaba centrarme.
-Necesito centrarme, en dos días empiezo a trabajar y quiero estar bien para el juicio, cuando acabe hoy el juicio, hablamos de lo que queráis ¿Vale? Pero para de besarme, me vas a volver loca.
-Vale jefa, me queda claro. Me sacó la lengua.
-No me saques esa lengua que te la muerdo.
En el juicio estaba muy nerviosa.
Fui acompañada de Xenia y Sofía.
Las miradas eran escalofriantes, de desprecio, de odio... Pero las agarré de las manos y las miré y sonreí.
Cuando tuve que testificar a favor de ellas y en contra de su abogado, mi padre lo pasé fatal.
Pero tuve que hacerlo, por mis niñas, porque las amaba y porque no era justo nada de aquello.
Cuando acabé de testificar y acabó el Juicio me fui al lavabo directa.
Me puse a vomitar.
-¿Estás bien Looren? Me dijo Xenia
-Es por los nervios, no te preocupes.
-Esta fuera Rebe esperándote.
-Dile que no me encuentro bien, que mañana le hablo y nos vemos.
-Vale, ahora se lo digo.
Cuando salí de allí, Sofía y Xenia se me tiraron en los brazos.
-Te queremos, gracias por apoyarnos y por estar ahí.
Me puse a llorar, es lo que debía hacer, además me salía de corazón, pensé.
Me dolía estar así con mis padres, porque al fin al cabo, eran mi familia, pero si no podían aceptar a quien podía amar, no podía seguir viéndome con ellos.
-Hija mía, me parece humillante lo que has hecho hoy.
-Aquí no mamá.
-¡Con esas dos prostitutas estás! No con una, encima con las dos, pero que clase de educación te hemos dado.
-¡Basta ya! Dejar de meteros en mi vida. Y dejar de juzgar de forma tan despectiva a la gente, no las conocéis y me parece muy feo que me estés liando este espectáculo aquí.
-¿Qué van a pensar de nosotros, teniendo una hija como tú?
-¿Y que voy a pensar yo de unos padres como vosotros?
Aquellas palabras me dolieron en el alma.
Fueron como un vaso de agua fría para mí.
De mi padre todavía podía esperarmelo, pero ¿De mi madre?...
Salí corriendo, llorando.
Cuando salí de allí estaba tan alterada que me puse a correr.
No podía creerme lo que estaba sucediendo.
Yo de alguna forma no me consideraba muy familiar, pero a pesar de todo, era mi familia y me dolía separarme de ellos de aquella manera.
Podía escuchar de fondo que me llamaba.
-¡Hija espera.!
No quería saber nada de ella, ni de mi padre.
En aquel momento, estaba rabiosa, triste y apagada.
Después de ponerme a correr, cogí mi moto que estaba a unas calles más abajo.
Me llegó un mensaje de Sofi.
#No te vayas, hablemos, todo tiene solución. Tú familia, no eres tú. Te amo Looren.
Cuándo leí aquellas palabras...
Me dió un vuelco el corazón, pero no podía con tanta presión.
Un trabajo que no me hacía feliz donde tenía demasiada responsabilidad.
Una familia que no aceptaba mi estilo de vida.
Una vida que no quería tener.
Simplemente quería ser libre y ser libre, solo era cuando apretaba al accelerador y volaba con la moto.
Así que me subí a mi moto, me puse el casco y apreté al accelerador.
Al principio no iba a tanta velocidad, pero a medida que me cabreaba aceleraba más.
Empecé a recordar todas las cosas malas que me habían pasado con María.
Cómo me había tratado todos estos años y lo engañada que había estado con ella.
A quién realmente le importaba y de corazón. Porqué estaba claro que a mis padres les importaban mucho más las aparencias.
Mis amigos hacia tiempo que no sabían nada de mi, ni tampoco se preocupaban en saber cómo me iban las cosas.
No había absolutamente nada que me llenará.
Lo único bonito de mi vida eran Xenia y Sofía, pero era una locura, me estaban gustando dos chicas a la vez.
Y eso en mi cabeza antigua y arcaica no entraba.
No podía ser normal tener una relación de tres personas.

Estaba tan perdida que cuánto más pensaba en mi vida más aceleraba, ya subía a ciento cincuenta por hora.
Podía sentir la velocidad y el aire como aumentaba a medida que apretaba.
No dejaba de llorar, no podía con tanta presión y justo en el momento en el que me puse a ciento sesenta, se me fué la moto.

Bum, salí a tanta velocidad que sentí que era mi fin.
Pude ver mi vida pasar en instantes.
Vi a mi abuela como bajaba a protegerme, una de mis tías que siempre había sido una madre para mí.
Y muchísimos recuerdos de mi infancia simplificados en instantes.

Y después de aquello no recuerdo nada más...

 ×∆ ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀÑÍᴀ ×∆ ᴇꜱᴄᴏʀᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora