En su búsqueda.

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Ya habían pasado algunos días y yo estaba desesperada.
Había discutido con mis padres, bueno sobre todo con mi padre. Lo odiaba por todo lo que estaba haciendo.
Y él a mí por preocuparme por Sofía.
En los documentos que conseguí de su casa no había nada más que papeles de propiedades y acuerdos de confidencialidad.
Llevaba días investigando junto con Xenia y nos estábamos empezando a llevar muy bien.
Yo me había alquilado un ático en el centro y aunque a veces hablaba con María yo no tenía claro lo que sentía por ella, así que intentaba no pensar en ello.
La echaba de menos, y siempre me acordaba mucho de ella.
Con rebeca iba quedando algunos días, pero después de lo de Sofía no podía estar igual con ella como antes, no me salía de la misma forma. Lo fuerte de todo es que cuando la veía todo cambiaba, me estremecía, me ablandaba estar a su lado, me era inevitable no besarla, no acariciarla, no sentirla...

Pero cada vez que pensaba en Sofía, se me rompían todos los esquemas.
Era mi talón de Aquiles, pensaba en ella y mi corazón se paraba, mi deseo de tenerla a mi lado aumentaba y mis ganas de no echarla de menos constantemente.

Muchas noches dormía abrazada a Xenia, se quedaba a dormir conmigo en mi piso, nos tirábamos juntas prácticamente todo el día.
Me había pedido unas semanas en el trabajo para centrarme en encontrar a Sofía y Xenia me estaba ayudando mucho.
Se había convertido en una gran amiga, además que había esa química entre nosotras mágica y sabía perfectamente que si ninguna de las dos nos hubiéramos conocido por Sofía, habría pasado algo más.
Pero ahí estábamos, haciendonos grandes amigas y apoyándonos en nuestras miserias.
-Oye Xenia que he pensado, que podrías venirte a vivir conmigo si quieres una temporada...
-Pero, yo no puedo pagar y menos esto, además no estoy trabajando.
-Por eso no te preocupes, cuando vuelva Sofía ya hablaremos de trabajos y cosas. ¿Entonces te vienes?
-Pues no hay cosa que me haga más ilusión la verdad. Claro que sí.
Me dió un gran abrazo y me miró con la mirada de vergüenza.
Se notaba que era más pequeña que yo unos años, pero era un amor.
Aquel día por la tarde me entró una llamada.
-Looren, estoy en Estambul, solo puedo decirte eso...
-¿Sofía?
Se cortó la llamada.
-¿Era Sofía? Me dijo Xenia.
-Si, si que era.
-¿Y qué te ha dicho?
-Que está en Estambul.
En aquel momento nos llamó Toni, el policía.
Y nos dijó que había cortado muy rápido y que no le había dado tiempo a pillar la llamada, pero que investigaría por Estambul.
Esa tarde noche yo no podía dejar de darle vueltas y Xenia había ido a buscar sus cosas para venirse conmigo.
Y me dió por investigar propiedades que tenían.
Casualmente había una en Estambul y se me ocurrió la locura de irme hasta allí a ver si con suerte estaba Sofía allí y si estaba y me ataban por lo menos podrían encontrarme.
Así que esa tarde llamé a Toni el policía y le explique lo que tenía pensado.
Él me dijó que no, que en todo caso iría él. Pero le dije que no, que iba yo con el chip activado y así la policía podía cogerlos con las manos en la masa.
Me dijo que estaba loca pero que si estaba dispuesta a correr ese riesgo lo aceptaba. Y me acompaño a implantarme un chip dentro de la piel.
Cuando llegué al piso estaba Xenia fuera esperando.
-¿Dónde estabas?
-Tengo que contarte.
Cuando subimos empecé a explicarle.
-Mañana me voy a Estambul, voy a mirar ahora el vuelo. Creo que Sofía está allí y tengo que ir a buscarla.
-¡Estás loca! ¿Qué quieres que te maten?
-Me voy a poner un chip debajo de la piel por si pasa algo que nos puedan encontrar a las dos.
-¿Y si te meten un tiro que más da eso ya?
-Podré traer a Sofía de vuelta.
-¡No lo hagas por favor! Pude ver en su mirada mucha tristeza.
-Solo quiero que Sofía vuelva a casa igual que tú.
-Pero así no joder, yo... Yo.. te quiero mucho Looren. No quiero perderte. Me has ayudado mucho y te has vuelto muy importante para mí.
Entonces me besó.
Yo me quedé parada.
Pero no dije nada. Le cogí de las manos.
-Tranquila, me escuchas. Volveremos las dos, pero necesito hacer esto.
Entonces me abrazó.
-Como no vuelvas verás...
Al día siguiente cuando fui a coger el vuelo no me soltaba en aquel abrazo.
-Nos vemos a la vuelta, te quiero Xenia.
-Sé que no está bien, pero...
Y me besó yo no le negué el beso y me fui al avión.
Cuando llegué a Estambul estaba acojonada.
Pero puse la dirección en el mapa y no tarde mucho en encontrar aquel lugar.
Cuando llegué allí estaba oscuro. Olía mal y parecía abandonado.
Me recorrí todo el lugar y no había nada, cuando pasó un rato que estaba a punto de rendirme escuché como había un doble suelo y presioné fuerte para ver si podía abrirlo.
Al presionarlo, se abrieron unas escaleras hacia abajo y al bajar vi como habían varias puertas.
En aquel momento me llegó un mensaje de Xenia.
#Por favor te lo pido, cuídate, eres demasiado importante para mí y encuentra a Sofía. Te quiero Looren.
Aquello en dió fuerzas y bajé más decidida.
Al llegar allí, la vi, estaba allí, no podía creermelo. Empezaron a saltarme las lágrimas por los ojos, cuando me acerqué, estaba fatal.
Se notaba que hacia días que a penas comía, se notaba que de allí no había salido.
Me sentí tan mal de no haber podido hacer nada antes, de no haberla ayudado.
Cuando vi que todos los que estaban allí vigilándola, y subían arriba aproveche para intentar desatarla.
-Cariño Sofía ¿Me escuchas?
No me escuchaba, estaba drogada y dormida. Cuánto más la miraba más pena me daba, así que hice de tripas corazón e intenté buscar algo fuerte para poder desatarla.
Yo llevaba varias cosas pero no tenían la suficiente fuerza.
Cuando encontré una sierra para poder desatarla dos tipos me vieron y empezaron a pegarme palos y más palos.
Yo solo la miraba a ella y era feliz de tenerla a mi lado. De alguna forma eso era el fin, pero si era a su lado sería maravilloso.
En aquel momento, pensé que íbamos a morir las dos.
De hambre, de golpes o a saber de qué.
Cuando vinieran a buscarnos, seguro que nos habían matado o por lo menos a mí.
Me pegaron tantos golpes.
Podía ver como disfrutaban de aquello.
Cómo disfrutaban de cada pequeño golpe.
Iba viendo pequeños flashes cuando podía abrir los ojos y me estaban atando con unas bridas a una columna que tenían al lado de Sofía.
Yo no podía dejar de mirarla a ella...
Y rezar para que vinieran antes de que nos pasará algo.
Llegó un punto que de tantos golpes empecé a no sentir nada, simplemente que estaba ahí y que tenía que aguantar como fuera.
Cuando pasó un rato Sofía se despertó.
-Looren, ¿Qué haces aquí, estás loca? ¿Quieres que te maten como a mí?
-Solo quería ayudar. Por cierto Xenia que te quiere mucho.
-¿Has estado con Xenia?
-Todo este tiempo... Te hemos estado buscando...

Me desmayé.


 ×∆ ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴘᴀÑÍᴀ ×∆ ᴇꜱᴄᴏʀᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora