Capítulo 4

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Salieron del despacho de Raquel, y Hyunjin todavía no salía de su asombro ante el descubrimiento de que Felix era un chico de buenas notas, y no uno al que las notas le daban igual y pensaba que suspendía todo, no, era todo lo contrario. Las apariencias engañaban, y vaya que sí.

—¿Sorprendido? —dijo el peliazul mirándolo con una ceja alzada.

—Bastante. —respondió él sinceramente. —No pareces un chico muy estudioso, a decir verdad. —murmuró.

—No quiero parecerlo. —dijo. Hyunjin torció la cabeza. Supongo que si supieran que en realidad era un chico listo... Bueno, no, a decir verdad aquí no se metían con la gente por ser lista, sino por otros motivos, los cuales el pelinegro no sabía cuáles eran, y de hecho, nadie sabía. —Bueno, necesito que me des tu dirección. A las cinco estaré en tu casa. —dijo Felix, y él asintió con la cabeza. —Puedes decirle a tus amigos que dejen de hacerte los deberes, porque a partir de ahora los vas a hacer tú mismo. —abrió la boca en sorpresa, de nuevo. No sabía cuántas veces este chico lo había sorprendido ya.

—¿Qué? —articuló.

—Lo que has oído, ve a decírselo. —dijo, dirigiéndose al comedor.

De pronto, de un día para el otro, Felix dejaba de no entablar conversación absolutamente con nadie, para relacionarse, con él, ahora le daría clases de repaso, sería su pareja tal vez, en todos los trabajos —tampoco tenía que hacerse ilusiones—, y podrían acabar siendo amigos. Estaba claro que él deseaba algo más, pero era consciente de que eso jamás ocurriría, y por lo tanto se conformaba con eso.
Lo siguió unos segundos después de haber estado parado como un bobo y fue hacia sus amigos.

—¿Y? —le dijo Jisung justo al llegar.

—Lo han dejado en advertencia. —se encogió de hombros con una sonrisa. Y ahí volvía el Hyunjin mentiroso e inexistente.

—Vigila entonces. —advirtió Jeongin seriamente. —No vale la pena. —dijo. Dio gracias a que ninguno de los dos preguntó el motivo del supuesto puñetazo que le había pegado él.

—Por cierto, hoy no hace falta que me hagáis los deberes. —dijo el pelinegro, haciendo fruncir el ceño a los dos menores.

—¿Qué? —dijo Jisung.

—Ahora tengo un profesor de repaso, Raquel me ha dicho que era eso o repetir curso. —se encogió de hombros, como si no le importara. Entonces recordó lo que Felix le dijo, él hacía eso cada vez que mentía, y ahora lo estaba haciendo, lo hacía constantemente estando con sus amigos.

—Aleluya. —dijo Han, como si hubiera estado esperando eso toda su vida. Hyunjin rodó los ojos.

—No teníais por qué hacer mis deberes, ¿sabéis? —dijo.

—No es que nos molestara hacerlos, es que esto es un milagro del Señor, pensaba que jamás llegaría el día en el que te escucharía decir que tú harías los deberes. —dijo Jisung, haciéndole soltar una risita a IN. El pelinegro tan sólo se quedó quieto y sin expresión alguna.

—Vale, ya, ja-ja. —se rió falsamente, y miró directamente hacia la mesa donde se sentaba Felix, como siempre, solo y apartado, en un rincón. Cómo deseaba ir y decirle que se sentara junto a ellos, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo, como siempre ocurría. Bueno, por lo menos esa tarde, a las cinco iría a su casa, y ya estaba deseando que fuera esa hora.

—¿Y quién es tu profesor o profesora de repaso? —preguntó Jeongin interesado, y abrió la boca para responder, pero tenía un pequeño problema. «No quiero parecerlo» ¿Debía hablar y responder a su pregunta... O no? Tampoco quería que ahora todo el mundo supiera que él era un chico que sacaba unas notas excelentes, cuando no se las había enseñado a nadie. De hecho, tal vez fuera el único, a parte de los profesores, que supiera a cerca de éstas.

Lee Yong Bok | Lixjin/HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora