—Aquí es. —murmuró, acercándose a la puerta de madera vieja.
—Está realmente en ruinas. —murmuró la mujer detrás de él. Felix giró un poco el pomo, probando si abría. Le propinó una patada, pero siguió igual. —¿Podrás abrirla? —le preguntó, y se fijó en que el orificio de la llave era más grande, antiguo. Se agachó levemente y miró el interior, el sol lo alumbraba debido a una ventana rota, y la puerta estaba atrancada.
—La puerta está atrancada. —dijo poniéndose recto y yendo hacia la parte trasera del edificio, donde había divisado la ventana rota.
—¿Adónde vas? —preguntó la mujer siguiéndolo a través del jardín descuidado.
—He visto una ventana rota. —dijo, girando en la esquina y parándose frente a la ventana rota, alzó la pierna y entró dentro, pisando la superficie de madera y haciendo que ésta, vieja, chirriara. En seguida divisó un montón de basura, había colillas, barro, polvo, botellas rotas, cristales, latas vacías, tubos, condones... Felix puso los ojos en blanco al ver aquello. "Los que vinieron aquí para eso debían ser amantes del romanticismo", pensó con sarcasmo.
—Esto está asqueroso. —murmuró Tania asqueada, entrando dentro y frotándose las manos en los pantalones, con una mueca asqueada.
—¿Qué esperas? Está en ruinas. —le dijo el peliazul entrando más hacia dentro, dirigiéndose a la recepción. Entró y se metió donde solían estar todos los papeles. Se sorprendió viendo que todavía había libretas, estaban allí, intactas a excepción del polvo. Por lo menos los gamberros que entraban ahí habían decidido no tocar aquello.
—¿Y ahora? —preguntó la mujer, observando a su alrededor con desconfianza. Felix agarró una de aquellas libretas y se la ofreció.
—Ahora vas a buscar a Leslie. —le dijo, y la chica miró el libro y alargó la mano para agarrarlo, e hizo una mueca de asco al sentir el polvo en su mano. Felix se giró y agarró otra de las libretas, con cuidado.
—Podríamos tardar siglos, hay muchos libros. —dijo la mujer.
—Lo sé, pero están archivados por años, y yo he cogido el correcto, Austin estuvo aquí poco tiempo, en el 2004. —explicó.
—Erais amigos, ¿no? —murmuró la mujer, y el peliazul abrió el libro, apretando la mandíbula.
—Éramos. —afirmó, pasando la primera página y posando los ojos sobre los nombres, por lo menos estaban por orden alfabético.
—¿Qué pasó? —siguió preguntando. El chico entrecerró los ojos y fue directamente a la letra ele.
—¿Puedes buscar? No hemos venido aquí para charlar de nuestras vidas. —dijo cortante, mientras examinaba la hoja en busca del nombre de "Leslie". En aquella página no estaba, así que pasó la página.
—Como quieras. —murmuró la mujer, mirando el libro.
Felix bufó y cerró el libro de golpe, haciendo saltar el polvo. Lo apartó con su mano mientras tosía. Maldita sea.
—Aquí no hay ningún Leslie. —dijo, dejando la libreta y buscando más del mismo año.
—He encontrado uno. —murmuró ella, y Felix salió de detrás de la recepción para acercarse a mirar. —Pero está tachado. —murmuró.
—¿Cómo? —se acercó para mirar a qué se refería y vio que el nombre de "Leslie" estaba tachado y reemplazado por "Andreas". A su derecha había un número de teléfono y una dirección. Bien, dudaba que aquello lo llevara a algún lado, porque tal vez ni siquiera se trataba de aquel "Leslie".
—Si llamamos a este número encontraremos a Leslie. —dijo la mujer, y el chico se apartó, pateando una de aquellas latas que había por el suelo.
—¿Tú crees? Esto es de hace años, ahora Leslie debe tener la misma edad que Austin, dudo que a esa edad tuviera teléfono. —dijo Felix con rabia. Era inútil, jamás encontrarían a Leslie.
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Lee Yong Bok | Lixjin/Hyunlix
Fiksi Penggemar[Autora: Sandra M.P.] [NO COPYRIGHT 2015.] [SMUT] [+18] [Historia adaptada a versión Hyunlix.] Hwang Hyunjin nunca fue un chico popular, siempre uno de aquellos objeto de éstos. Unos padres que no tenían tiempo para él y una vida solitaria. Acostumb...