"Narra Bill"
Salí de la clínica a caminar por los alrededores mientras mi madre compraba los analgésicos en la farmacia. Agg. Odiaba los medicamentos.
Por suerte, había sido una torcedura que estaría curada dentro de poco. Nada grave, según con el doctor, aunque a mi me dolía como la mierda... Supongo que era cierto eso de que uno no debe bajar escaleras y mandar mensajes por el móvil al mismo tiempo... Supongo.
Seguí divagando por los jardínes de la clínica. Eran enormes, y realmente bonitos, pero me causan escalofríos. Supuse que se debía al hecho de que eran parte de una clínica y no un parque. Seguí a paso lento hasta que la caminería se cruzaba con la clínica del otro lado... La D.A. "Drogadictos Anónimos". Me estremecí. ¿Quién podría caer tan bajo? ¿Tanto al punto de tener que parar en una clínica...? Es decir, seguro; un halón lo dabamos todos los adolescentes de vez en cuando, no voy a decir que soy la excepción, pero, ¿caer de esa forma? Era una locura...
-¿Quieres entrar?-escuché a mi espalda, un tono burlón que en seguida me dio mala espina. Me giré bruscamente, quedando de frente con un chico.
Era alto, de cabello negro y unos ojos azules que parecían fríos. Lucía un par de años mayor que yo.
Me miraba con curiosidad.
Cuadré los hombros y levanté un poco el mentón.-¿Me hablas a mí?-pregunté un poco más brusco de lo que pretendía.
-¿A caso ves a alguien más?
-No. La verdad, no...
Seguía mirándome con curiosidad. Como si me estudiara o algo así. Me inquietaba.
-¿Ese "no" fue en respuesta hacia la clínica o hacia la pregunta de si veías a alguien más?
Me encogí de hombros.
Había algo en ese tipo que no me daba de fiar. No estaba seguro del porqué, pero simplemente algo en él no me gustaba.-Ambas-me limité a contestar, y caminé en dirección a la farmacia, pasándole por un lado.
No había tomado distancia cuando le escuché hablar de nuevo.
-¿Tienes algo contra los drogadictos?-le escuché decir a mis espaldas. Suspiré pesadamente. ¿Qué carajos quería este tipo?
Lo miré por encima del hombro, tratando de tener el menor contacto posible con él.-Nunca he conocido a ninguno. Y tampoco quiero hacerlo-le dije recalcando lo último.-Adiós-dije hostilmente y volví a emprender rumbo... Pero a penas había dado dos pasos cuando escuché su irritante voz, otra vez.
-Es curioso que lo digas de esa forma... Considerando que sales con una.-dijo en lo que me pareció un tono burlón.
Me detuve en seco. Empezaba a sentirme realmente irritado. ¿Estaba hablando de Anna?
Me giré de golpe y lo miré directo a la cara.
-¿Qué dijiste?-le exigí.
El muy imbécil me sonrió con burla.
-Veo que tengo tu atención.
Caminé a pasos agigantados hasta él, quedando frente a frente. Me sorprendió ver que le sacaba unos pocos centímetros.
-¿Qué fue lo que dijiste?-pregunté de nuevo, irritado.
Si seguía molestándome iba a terminar ahorcándolo...
-Que es curiosa tu repulsión hacia un drogadicto, considerando que sales con una-repitió, como si fuese lo más natural del mundo.
-¿De qué estás hablando?
-De Anna, por supuesto.
Y eso fue todo.
Lo agarré por el cuello de la camisa y lo alcé.
-No hables de mi novia si no la conoces-le dije de forma amenzadora. Una cosa era que se metiera conmigo, pero tildarla a ella de drogadicta... Era demasiado. No tenía ni diez minutos de conocerlo y ya lo odiaba.
-¿Que no la conozco? Ah, claro. ¿Ves la clínica? Ella viene aquí. Martes y Jueves. Anda, pregúntale.
-Déjala en paz. No la conoces.-le advertí de nuevo, con los dientes apretados. Tenía demasiadas ganas de golpearlo hasta dejarlo medio muerto en el piso.
-La conozco mejor de lo que crees.-dijo de nuevo burlón, con petulancia. Era el típico agrandado.-Salí con ella.
Abrí los ojos como platos y lo solté, casi tirándolo, a pesar de que no se tambaleó ni nada. Se mantuvo firme en el suelo.
Lo miré de arriba a abajo.
¿Anna? ¿Con un tipo así? No.
No, no, no.
Él estaba mintiendo. Estaba mintiendo. TENÍA que estar mintiendo... Retrocedí un paso, como si alejarme de él hiciera todo menos creíble.-Mientes.-lo acusé.
El muy idiota se rió en mi cara, amargamente, y luego revoleó los ojos.
-Anda. Pregúntale. Pídele que te diga quién soy yo.
-¿Y exactamente quién eres tú?-pregunté con asco. Ese tipo no tramaba nada bueno... Y me asustaba el hecho de que lo que decía parecía real...
-Pregúntale quién es Patrick. El resto, que te lo diga ella-sonrió con petulancia, y se fue.
Apreté los puños y lo vi mientras se alejaba. Sentí mis uñas clavarse en las palmas, pero me valió mierda.
Tenía cólera. Mucha.
Por no saber qué creer. Por dudar de Anna. Por ese idiota... Y por el miedo. Miedo de que todo fuese cierto... Pero, Anna no me mentiría así... ¿O sí?
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HIFL MIR FLIEGEN#Wattys2015
De TodoYo no pretendía llegar a ese punto. Ni siquiera sabía cómo había llegado a ese punto. Yo solía ser de esas chicas que se espantaba cuando veía a sus amigas con un cigarrillo. Un simple cigarrillo... Y resultó que tanto reprenderlas resultó en vano...