Los golpes duelen, talvez quede una cicatriz o varias mejor dicho, pero con el tiempo seguro desaparecerán, claro el dolor que quedara marcado en lo más profundo de mi ser... En mi desgastada alma.
Sean puesto a pensar en, ¿cómo se ve un psicópata? si ya se fuera de tema, pero ellos son los que nos dejan heridas que como ya dije las cuales solo sanan superficialmente.
¿Cómo es su mente? Y es que son como nosotros ¿No? Es decir, se ven iguales lo único diferente es su forma de pensar aunque bueno todos hemos tenido pensamientos que si los cumplieramos nos llevarán al mismo infierno.
Pero a diferencia de nosotros ellos cumplen lo que sus voces o mejor dicho sus pequeños demonios les susurran.
—- ¿No comerás? -— insiste Antonella.
Ella es la que prepara la comida para las prostitutas de este lugar.
-— No quiero gracias &- respondí alegando el tazón de sopa.
No tengo hambre, ni ganas de vivir. Los golpes que me dió León con el cinturón aún duelen.
¿Mi castigo? Fácil tan solo fué los golpes que me dió el ojiverde hasta que se cansó ah claro no le vasto con eso ya que con una navaja escribió en mi espalda en grande "SOY TUYA" tal parece que ahora viviré con una cicatriz que me recuerde a él.
Pero hubo algo que me intriga, su pregunta ¿Qué prefieres violar o matar? Mi respuesta fue inmediata "matar" ¿Por qué se preguntarán? Bueno desde la situación que estoy viviendo es más feo un trauma que morir, si mueres encontrarás paz, pero si vives te reprocharás toda tu jodida vida algo que no fue tu culpa.
-— Hay una forma de salir de aquí -— suelta de golpe Antonella
Parpadeo varias veces acomodando me en mi lugar, con muecas logro sentarme.
—- ¿Cómo? —- no contesta solo me mira —- Vamos quiero salir -— le ruego con la mirada.
-— Apuesta — me suelta de golpe.
-— ¿Apuesto? -— asiente -— No entiendo.
Además que podría yo apostar no tengo nada o bueno lo poco que tenía lo e perdido, inciso pedí mi dignidad.
—- Si, a ellos les gusta las apuestas si tú juegas y ganas pff sales de este lugar.
No quiero hacerme falsas ilusiones.
—- pero ¿Qué podría apostar yo? -— repito no tengo nada.
Me susurra para que solo yo pueda escucharla —- Tú vida —- me aparto para verle los ojos cafés.
-— ¿Mi vida? -— eso debe de ser una broma.
Asiente nuevamente, apostar mi vida suena arriesgado pero que tengo por perder tan solo mi familia pero ¿Ellos me estarán buscando? Es decir ¿Me extrañarán?
La pregunta de León viene nuevamente a mi cabeza. Estoy apostando mi vida para tener una vida.
-— ¿Yo apuesto mi vida con tal de salir de aquí?-— suena tentador, pero la opción de morir me aterra
Todos quieren ir al cielo pero nadie quiere morir.
—- No es haci de fácil las apuestas suben dependiendo cuanto tiempo llevas aquí.
Nuevamente estoy confundida.
Al notarlo vuelve a hablar — La última chica que apostó pidió que si ella ganaba le dieran una navaja —- con una navaja mataría a todos -— se lo que piensas ella también lo pensó pero... —- calló.
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Secuestradas
ActionA ellos les gustaba tomar cosas sin pedir permiso, en primer lugar ¿Por qué deberían pedir permiso? Y si querían tomar a una mujer lo hacían sin más ni menos... Bueno también les gustaba secuestrarlas y quitarles la vida.