Ventana

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Mis ojos están hechos un mar de lágrimas ¿quién tiene el valor para vender a una niña pequeña? Escucha la triste historia que me cuenta Nyssa.

Al pareces ellos traen a mujeres que a ellos se le hacen bonitas, incluyendo a niñas mayores de cinco años de edad para subastar las con hombres que fácilmente podrían ser sus abuelos, no sus padres, sus ABUELOS por qué literal le triplican la edad o hasta más.

Estos hombres se bañan en dinero, por lo que Nyssa me contó la policía sabe de esto, o bueno solo algunos pero como se llevan mucho dinero a casa prefieren mantenerse callados.

Mañana, mi cabeza repite la misma palabra. Mañana muchas mujeres de distintas edades serán traídas aquí raptadas de sus familias para ser vendidas, para ser satisfacción de hombres sin escrúpulos, sin moral que no tienen bondad en su corazón... Si es que tienen corazón.

—- No podemos hacer nada —- Nyssa sabe que es lo que pienso, sé que ella también piensa como ayudar pero no podemos hacer nada y eso es tan... Frustrante y a la vez tan triste.

—- Lo se, pero de verdad quisiera hacer algo —- Duele, duele mucho.

Me mira con una sonrisa triste, con ojos cristalizados.

-— Yo también —- agacha la cabeza -— Yo también -— repite.

Dejo el plato que me trajo Antonella de comida la cual ya está vacío en el buró de al lado de mi cama para ir a abrazar a Nyssa. Un abrazo reconforta el alma.

-— Mañana, o tal vez pasado mañana serán días pesados —- Lo se, eso que ni que.

La acurrucó en mis brazos tan solo diecisiete pienso tan corta edad y todo lo que tiene que vivir Nyssa esto no es vida.

∆∆∆∆∆

Termino de bailar y finjir una sonrisa radiante ante los hombres que tengo enfrente que tocan sin descaro mi cuerpo, dejando unos asquerosos dólares.

Bajo del escenario voy directo a la barra a pedir un trago.

-— Tienes clientes -— Me dice una vez que me sirve mi trago, reprimo una mueca de asco.

Obcervo a mi al rededor dos hombres mi miran, se lo que sigue una mesera me hace una seña para que me acerque. Lo hago. Camino hacia ellos pasando por hombres con mucha falta de atención femenina.

-— Hola —- digo una vez que estoy frente a ellos.

Me miran, el chico me mira con morbo y la mujer de mi edad tan solo aburrida el otro hombre se retira no antes de desvestirme con la mirada.

—- Sabes lo que tienes que hacer, que se diviertan.

Solo meneo mi cabeza para dar un "si" camino guiando al hombre a la habitación.

Una vez dentro me agarra he empieza a besarme aprieta mi tracero y me atrae hacia su creciente bulto. Náuseas llegan a mi garganta cuando siento su lengua abrirse paso a mi boca.

Desesperado es como llamaría a este hombre feo con bigote.

Me tira a la cama. Rebotó por la impresión del impacto. Veo como empieza a desabrocharse la camisa.

—- Eres hermosa -— era hermosa

Frustración entra en mi mente ¿Cuántos he estado aqui? Tanto tiempo y aún no he podido salir.

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