adiós

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— Holiss ¿Me extrañaste? —  entró con una maleta ¿Que había en esa maleta? Esa pregunta se cuestionó la chica ¿Acaso ya era hora de su muerte? Lo más seguro es que en esa maleta tirará su cuerpo o en todo caso tenía cosas para torturar la.

— ¿Qué traes ahí? — preguntó aún en llanto, temerosa de la respuesta.

— ¿Qué?, ¿Esto? —  preguntó sonriente León, la chica se limitó a afirmar con la cabeza — pues verás son mis juguetes, de pequeño no tuve pero ahora me divierto con ellos y claro un juego no es divertido si solo hay una persona tú serás —  hizo que pensaba su respuesta para decir — mí muñequita ¿Te gustan las Barbies? — Monse negó — que mal por qué te pareces a una claro solo que tú peliroja.

El pelinegro la observo detenidamente, bonito cabello era lo que más resaltaba de ella, eso y su ojos, una idea paso por su cabeza.

Busco en la maleta hasta que encontró unas tijeras con mucho filo. sonrió.

— Muy bien creo que mi muñequita merece un nuevo cambio de look — Monse volvió a negar ¿qué le haría este sujeto? —  entrenzate el cabello — le extendió una liga, temerosa la tomo e hizo lo que pidió. Sabía que no le conbrendia poner resistencia tal vez si hacía lo que él quería la dejaría vivir.

Lista la trenza que León pido puso su plan en marcha se posiciono atrás de la chica que lloraba y empezó a cortar el cabello, su lindo cabello rojo natural.

A Monse no le importaba el cabello crece y con tal de vivir no era tan elevado el precio. Una ves que el demonio tenía el cabello lo admiro como si de un trofeo se tratase.

— Lindo, ahora bien ¿qué otra cosa puedo cortar? — Monse entro en pánico ¿Qué mas le podía cortar? — ya se quiero tus uñas son muy lindas también apuesto que son naturales. — no se equivocaba Monse no tenía dinero para hacerse la manicura por eso se las dejaba crecer. Aparte era fan de lo natural.

— por favor dejame ir no diré nada te lo juro, es más quieres dinero tengo dinero — mentira no tenía, solo lo poco para sobrevivir su madre y ella — también puedo, no se darte una noche yo cooperaría y no será violación ¿Qué te parece? — él chico solo finjio pensar.

— Déjame ver, no; no me convence, pero mira para que veas que no soy malo te tengo un trato ¿Aceptas? — un trato con este hombre, deseguro era como hacer un pacto con el mis mismo diablo. Pero en una situación de vida muerte ¿Le puedes dar la mano a tu enemigo?

— ¿Qué trato? — lo haría puede ser que eso serviría para salir de aquí.

— Cortáte — dijo sin más.

— ¿Solo una pequeña cortada? — pregunto desconfiada.

— No, claro que no — dijo riendo como si fuera lo más obvio — los dedos cortalos todos —  dijo serio.

— No, no puedo hacer eso — dijo llorando ¿perder sus dedos? Perder sus dedos es una completa locura. Y
¿Qué tan malo debías de ser para querer ver qué alguien se corte todos los dedos en tu presencia? de solo pensarlo a la pobre chica le daban náuseas.

— Si no lo haces tú lo haré yo y creme lo haré de una manera tan lenta que sufras, por qué no solo te contaré el dedo si no que primero te quitaré la piel poco a poco con unas pinzas las pondré en tus dedos y jalaré, eso duele por lo que tengo entendido duele como los mil demonios ¿Quieres intentarlo? —  Monse pensó no quería ese dolor se negaba a pensar que pronto moriría — claro después sacaré tus ojos y cortaré tu lengua.

Le extendió un cuchillo lo suficientemente filoso ¿Lo haría? Esto era una locura.

— Si lo hago, ¿No me matarás? — pregunto con lágrimas en los ojos.

— Te doy me palabra — dijo de una manera que convenseria a cualquiera, pero ella no estaba del todo segura.

— Esta bien lo haré — dijo con un hilo de voz.

No quería hacerlo pero le dolía perder más los ojos y la lengua sabía que no viviría, los dedos bueno hay mucha gente que no los tiene ya sea por un accidente o algo parecido, tenían vidas muy lindas sus discapacidades no le impedían nada, con una falsa seguridad que no poseía.

Puso su mano en el piso y levanto el cuchillo inicio con el dedo meñique el dolor de su dedo era insoportable tan solo llevaba la mitad y no quería imaginar el dolor de sus otros dedos, sangre, sangre y más sangre brotaba de su dedo se empezaba a sentir débil, lo difícil llegó cuando su hueso se notaba no podía cortarlo en primera no tenía experiencia, segunda las lágrimas que salían de sus ojos junto su sangre no la dejaban ver, claro el dolor la segaba.

— No puedo — era todo no podía — lo intente, te lo juro no me mates — suplicó en un tono débil.

— No te preocupes, yo te ayudaré — el pelinegro salió del cuarto para segundos después entrar con una hacha en la mano — mirá esto nos servirá — ella empezó a negar con la cabeza no quería que pasara — Pon tus lindas manos, y no las quites ¿va? Si no tus ojos están en riesgo — las puso sería más rápido y tal vez menos doloroso para ella, el levanto el hacha y en un golpe firme los dedos de la mano derecha fueron cortados todos exepto el pulgar, los demás brotaron, la sangre y los gritos de dolor mezclados con lágrimas no paraban, ese lugar sin lugar a duda era el mismo infierno no había duda de ello — Vez no era tan difícil ¿Verdad? — en otro movimiento rápido corto los de la mano izquierda Monse no aguanto el dolor intentaba parar el sangrado pero era inútil la sangre salía sin parar se sentía más débil de lo que ya estaba.

— A..yuddame — sus ojos pesaban — poorfavorr — miraba con horror si este hombre no la llevaba a emergencias lo más seguro es que moriría desangrada, no quería eso — me dijistes que meee ayudarías — dijo apenas en un hilo de voz casi inaudible pero que él claramente había escuchado.

— Si lo recuerdo pero mirá, de cortesía te dejé los dos pulgares y ya no vuelvo a molestar — camino hacia la salida.

— No espera me dijiste que no me matarías — dijo llorando y haciendo muecas de dolor

— Si, eso dije que quedarás aquí y ya no volveré no te mataré ese era el trato ¿No? — sonrió al decirlo.

— No el trato era dejarme libre por favor — gritó de dolor cuando el oji verde le agarro con fuerza su mano lastimada ahora sin dedos.

— Yo pongo las reglas cariño — sin decir más salió de ese lugar.

Salió rápido cuando en el pasillo encontró a su hermano.

— ¿Ya la acesinaste? — preguntó curioso.

— No, que se desangre, no pienso darle comida así que lo más seguro es que moriría — era obvio que moriría pero solo está atrasado lo inevitable, moriría de una infección si sus heridas no eran curadas súmale que no le daría ni agua ni comida.

Christian solo rodó los ojos, fue directo  al cuarto la vió tirada en la esquina intentando tapar sus dedos o el lugar donde deberían estar.

Él se acercó despacio a ella.

— Lo siento pero es mejor una muerte rápida que una lenta ¿no crees?  — Monse sabía perfectamente lo que significaba, la mataria. No quería pero algo le decía que su sufrimiento no acababa allí seguiría.

— Hazlo — dijo decidida, sabía que eso se infectaría. No la llevarían a un doctor.

Levanto el cuello y él sacó el cuchillo, si el mismo que León le dió para que ella cortará sus dedos y en un ágil movimiento corto la yugular de la pobre chica

— Adiós  — dijo desde la puerta el pelinegro que solo miraba como la vida de la chica se escapaba, suspiró.

Que dramática !ES QUE NI SIQUIERA HABÍA ECHO LA MITAD DE LO QUE HACIA CON OTRAS CHICAS!

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(◡ ω ◡)

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