Emily volvió al apartamento sin ganas de dirigirle la palabra a su compañera. Nada más abrir la puerta se encontró el edificio en silencio, algo extraño debido a que solía escucharse siempre la voz de Julie de un lado para otro. Tras llegar a la cocina descubrió que su compañera había salido, dejándole una nota pegada en la puerta de la nevera.
Volveré pronto, no voy a dejar esto así. Le preguntaré a Kang.
Negó con la cabeza varias veces mientras cogía un par de botes de tomate y encendía el fuego de la vitrocerámica. Se sentía en medio de una gran batalla de la que no podría salir tan fácilmente. Pero si podía escoger bando.
Julie, mientras tanto, se encontraba en una calle totalmente desconocida para ella. Su compañero de baile le había mandado la ubicación de donde se encontraba cuando esta la había llamado para hablar de algo urgente.
— Perdón por la tardanza, es que mi... — se fijó entonces en su rostro y en sus ojos rojos, antes de seguir hablando —. Oye... ¿estás bien?
— Siéntate... — le dijo mientras se sorbía la nariz y se limpiaba una lágrima, para luego sentarse también en el borde de la carretera.
— ¿Qué te cuentas? No me dirás que ha pasado algo... ¿no te encontrarás mal después del golpe de hoy, verdad? — Kang la miraba con compasión sin entender muy bien que le podría pasar para encontrarse en esa situación. Apenas se habían hablado durante ese día y ahora se la encontraba medio llorando.
— No, no es eso... es sobre lo que dijistes de Marc...
— Ah... si... sobre eso — se colocó una mano detrás del cuello mientras se lamía nerviosamente los labios — . Y.. ¿qué quieres saber?
- Qué le dijiste y qué te dijo.
— Solo le conté que ibas en la bici y que un coche te arrasó, pero que aún no sabía si estabas bien o no.
— ¿Y qué te contestó?
— Me dijo que estaba haciendo cosas y que más tarde te preguntaría si tenía tiempo. Después colgó.
— Uah... bravo... — le dijo mientras se colocaba delante suya con lágrimas en los ojos. No podía creer que Marc tuviera razón. Se sentía una estúpida por haber confiado en el chico que tenía delante. Kang la miraba atónito, sin saber muy bien que hacer o qué decir —. ¿Pero crees que soy un juguete al que puedes liderar? ¿Una marioneta y tú eres mis cuerdas?
— No... no sé de qué me estás hablando.
— Sí, sí que lo sabes... Me has mentido a la cara, dos veces. No tuviste tiempo de contarle nada a Marc, era todo mentira.
— ¿Y cómo puedes estar tan segura de ello?
— Marc no sabía nada. Cuando se lo he comentado enfadada le iba a dar algo... y... y yo, cegada por tus palabras y por el enfado... me he enfadado con él. Injustamente.
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Un Ballet Al Ritmo Del Amor ✓
Romance¿Los sueños son más fuertes qué el amor? ¿Es difícil encontrarlo? No. Solo es difícil mantenerlo. *** Un amor por una tontería... Suena a estupidez, pero es tan cierto... A veces pasa por solo verse o por solo escuchar su voz, pero pocas por ensucia...