Un Ballet Al Ritmo Del Amor ✓

Capítulo 42

— Entonces... ¿nos han propuesto irnos a Portugal?

Hacía ya tiempo que la chica se había despertado sobre las mismas piernas en las que se había quedado dormida hacía ya unas horas. Jenna, una vez vio que la chica estaba más espabilada y despierta, le contó la noticia que la había hecho ir a aquellas horas de la mañana.

— Siempre y cuando tú quisieras. Nos llamaron diciéndonos que tendrías un gran futuro allí. Tu tía podría seguir enseñándote y allí hay miles de posibilidades más que aquí para el ballet, debido al gran número de concursos que realizan, casi todos los meses. Me imagino que lo sabrás ya. Natalie o Mandy, ahora no sé cómo tendría que llamarla, conocía a las personas que la llamaron. Además, puede que tuviéramos que cambiarnos de país debido a los concursos muchas veces... Entiendo si no quisieras dejar todo esto, porque tienes muchos recuerdos y aquí está Emily y...

— Claro, nos podemos ir a Portugal — la chica respondió con un aire serio en su rostro, el cual sorprendió a Jenna.

— ¿De verdad? No sabemos cuánto tiempo será...

— No tengo ningún problema con ello.

— ¿Y qué me dices de Emily? Me imaginaba que querrías ir a verla de vez en cuando.

— Ella ya no me recuerda. Además, me han dicho que primero deberían tratarla y después, al cabo de varios meses o incluso un año, podría ir a verla... Así que aquí no me queda nada.

— De acuerdo... — le frotó el hombro con cariño.

— ¿Cuándo nos tendríamos que ir?

— Natalie piensa que cuanto antes nos vayamos, antes podremos aprovechar el tiempo... Mañana por la mañana hay vuelos disponibles.

— Pues mañana entonces...

— Vale, ahora la llamo y se lo digo — apto seguido se levantó del sofá y le dedicó una pequeña sonrisa —. Bueno, me voy para que te vayas acostumbrando y para que puedas ir recogiendo tus cosas.

— Jenna — se levantó de golpe, mirándola a los ojos fijamente —, ¿te importaría quedarte aquí hasta que nos vayamos? No creo que sea capaz de quedarme aquí sola.

— Claro que sí, cielo. Solo que me vendría bien que me prestaras algo de ropa para dormir hoy, si no es mucha molestía.

Julie asintió y ambas se rieron mientras hablaban de un tema y de otro. La bailarina se sentía a gusto hablando con ella, sentía que la entendía y que la apoyaría en cada paso que diera. Al día siguiente dejaba atrás todo un año de aventuras y diversión, y le venía bien poder disfrutar al menos con alguien en quien confiaba.

***

***

Al despertarse descubrió que el apartamento estaba tan silencioso como cuando había entrado la mañana anterior. Jenna había ido a recoger sus cosas, por lo que Julie estaría allí dos horas sola, en ese piso tan grande. Un mar de recuerdos se adueñó de ella, haciendo que en sus ojos lloviera de nuevo.

Entró en la cocina y se acordó del día en el que a su amiga se le cayó la olla de sopa. También de cuando Marc y ella se lanzaron un paquete de snacks y jugaron a cogerlos en el aire, mientras Emily intentaba estudiar entre risas.

Al entrar de nuevo en el salón, se acordó del día en el que terminaron de ver su telenovela favorita. Ambas lloraban abrazadas con el emotivo final que habían vivido, deseando que siguiera capítulo tras capítulo.

Después se quedó en el marco de la puerta de la habitación de Emily. No se veía capaz de entrar después de saber que su amiga posiblemente nunca volvería a estar acostada entre esas sábanas y que no tendría que sacarla de los libros de álgebra para poder verla unos minutos al día.

Acto seguido entró en su habitación. Recordó cuando su amiga le prometió no separarse nunca, entregandole un anillo a juego. Julie miró el anillo sin poder evitar apretar la mano y besarlo con fuerza.

Tras terminar de recoger todo el apartamento, recibió un mensaje de Jenna. Ella y su tía ya la estaban esperando abajo, para comenzar una nueva aventura en otra nueva vida. Sin recuerdos que la atormentaban. Sin risas vacías. Sin espacios aún por ocupar.

Miró por última vez cada rincón, antes de sonreír y cerrar la puerta del apartamento. Una vez metió sus maletas en el maletero del vehículo les dedicó una triste sonrisa a las chicas.

— ¿Preparada para dejar ir todo? — Su tía le acarició el hombro con cariño.

— Preparada.

FIN...