REVELACIÓN VI - EL ESCUDO DE LA REALEZA (Parte 5)

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Pude recuperar el equilibrio y volver a la terraza balanceándome, pero para mí mala suerte la cadena estaba conectada al podrido candelabro del techo, así que al hacerlo la enorme estructura de metal y cristal empezó a repicar tétricamente alertando a todas esas abominaciones marinas, y para terminar con mi mala suerte toda la maldita estructura del mismo se vino abajo estrepitosamente aplastando a una parte de los seres de la planta inferior. Al haber perdido el factor sorpresa no nos quedó más opción que abalanzarnos todas en un combate directo, rápidamente invoqué mi <Gold Blade> al igual que todas las demás chicas, y bajando rápidamente por las escaleras laterales nos enfrascamos en una contienda para aniquilar a esos viscosos hombres-rana. El fragor de la batalla era muy intenso, las miserables bestias no eran rival para dos Unidades completas de elegidas, así que casi se podría decir que estábamos realizando una masacre con esas primitivas bestias marinas. La pelea se prolongó por varios minutos, ya poco a poco veíamos como la victoria se iba poniendo de nuestro lado hasta que vimos como la gran bestia que llevaba el penacho metálico tomó un caracol marino, y soplando con todas sus fuerzas lo hizo sonar por todo el lugar.

Por unos instantes el silencio predominó en el lugar, pero después de unos segundos en la lejanía de pasillos y corredores se empezaron a escuchar el eco de murmullos, gritos y gruñidos los cuales aumentaban de intensidad. Los refuerzos de esas malditas bestias venían en camino y a juzgar por la intensidad del sonido que hacía eco por todas partes eran cientos o miles de ellos. Esto empezaba a tener un muy mal panorama para nosotras, así que dirigiéndome a Raura y a Hana les dije que lo mejor sería escapar de ese maldito lugar y de ser posible usar nuestras invocaciones para que todo el lugar colapsara. Ambas Capitanes asintieron en aprobación, mientras que a la par Megumi se acercó a las pobres chicas muertas y haciéndoles una pequeña reverencia en señal de respeto tomó algunas pertenencias de ellas para después regresar con nosotros, lo único que ella nos pudo decir fue: -Al menos esto servirá para que sus familias tengan el consuelo de que las encontramos- para que a continuación guardara las cosas en la bolsa que llevaba en la espalda. Después de eso, rápidamente las 3 dirigentes ordenamos a todas que empezaran a replegarse para así escapar de allí.

Raura ordenó a Hinata y a Nene que empezaran a invocar al nivel máximo sus destructivos hechizos mientras ella hacia lo mismo con su <Pegasus Stomp>, Hana a la par hacia lo mismo con Ooga la cual empezó a invocar su hechizo explosivo <Megantux>, el cual era algo similar a tener bombas de tiempo las cuales podía detonar cuando quisiera solo concentrándose en ellas, mientras yo también les apoyaba con mi magia <Sky Ice Shard>. Todas empezamos a lanzar los poderes justo cuando por los múltiples corredores y pasillos empezaban a emerger reptando decenas de esas abominaciones intentando alcanzarnos, las invocaciones hicieron añicos el altar y las paredes con los retablos con lo cual los muros del antiguo templo empezaron a colapsar sobre ellos. Las demás chicas ya habían emprendido rápidamente el camino de regreso mientras que nosotras 6 cuidábamos la retaguardia haciendo que a nuestro paso todo se derrumbara y sepultara todo rastro de esos seres.

Después de unos minutos al llegar de nuevo a la caverna con la fosforescencia verde nos quedamos perplejas, las malditas cosas ya estaban ahí en una intensa batalla con las Elegidas que se habían adelantado, ya no teníamos el camino libre para llegar a las escaleras de soga que decenas de metros más adelante estaban colgando de lo que fue la bóveda del tesoro de la Ciudadela.

Megumi junto con Mariri estaban peleando encarnizadamente con los monstruos marinos en la orilla de una de las grandes pozas, cuando un enorme gargantúa marino hizo su aparición y usando su gran mazo de coral embistió a Megumi. Esta bloqueó el potente golpe con su <Legion Mace> pero resbaló por la imperante viscosidad del piso cayendo dentro del furioso remolino de la oscura poza. Desesperadamente trataba de aferrarse a la orilla, y Mariri al ver eso aniquiló al gargantúa e inmediatamente se lanzó para así lograr sujetarla por la muñeca mientras la oriunda de Aichi le rogaba desesperadamente para que no la soltara ya que no quería morir ahogada. Mariri intentó sujetarla con todas sus fuerzas lo más que pudo, pero el suelo viscoso de la cueva no le ayudo en nada y también resbaló cayendo al agua, y así entre gritos de desesperación ambas fueron arrastradas por el potente remolino hacia las desconocidas profundidades. Al ver eso todas nos quedamos congeladas de impotencia, no solo habíamos perdido el artefacto, sino que ahora además habíamos perdido a dos de nuestras queridas hermanas Sakuras.

Dioses, Gemas y Monstruos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora