REVELACIÓN VIII - EL EJERCITO DE LA LUNA ROJA (Parte 2)

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Después de unos segundos en donde se repusieron de la sorpresa, Ayami devolvió la comunicación a la Arkadia diciéndoles: -<Arkadia... esta es la Capitán Muto, les estoy mandando la ubicación de en donde pueden aterrizar los transportes, les pido que nos den un tiempo estimado de llegada de 60 minutos para verles en ese lugar>- para a continuación solo recibir en respuesta: -<Enterados Capitán, las demás Unidades le verán ahí en el tiempo establecido>-. Después de cortarse la transmisión las chicas rápidamente fueron a asearse y a prepararse para reunirse con las recién llegadas.

Ya había pasado algo más del tiempo establecido, y las dos Unidades se aburrían al lado de sus transportes mientras que algunas se abrigaban con sus capas debido al frio clima que imperaba en la tundra de las afueras de la ciudad. Soyo algo impaciente les comentó a todas las demás chicas de manera irónica: -Vaya bonito lugar en el que nos citó Ayami... junto a este abandonado cementerio- Shirai tratando de elevar el ánimo solo les dijo: -Bueno... prefiero más este clima que a ser quemada por la sal del sudor, o ser devorada por las incesantes nubes de mosquitos...- al escuchar eso Soyo le respondió con una leve sonrisa: -En eso tienes razón C-chan, al menos este lugar es más manejable-. Así pasaron otro par de minutos charlando trivialidades hasta que en la lejanía se empezó a distinguir por el abandonado camino que conducía al lugar, las siluetas de 5 jinetes que se les acercaban a todo galope. Shirai al verlos solo pudo decir: -Vaya... por fin-.

En la lejanía, las 3 Sakuras mayores eran acompañadas por Linfer y Herus, los cuales no quisieron perderse la oportunidad de conocer a las demás Unidades. Linfer al irse acercando y ver más de cerca a las recién llegadas no pudo evitar comentar: -Vaya... ellas también son muy jóvenes-, Ayaka al escuchar eso solo pudo responderle divertida a la rubia: -Si, pudiera parecer que nuestra Comandante nos envió a un grupo de novatas... pero no se dejen engañar por las apariencias, todas esas chicas tienen la suficiente capacidad para combatir a 20 enemigos a la vez- con lo que Linfer se quedaba anonadada viendo a Herus, mientras ambos no daban crédito a lo que acababan de escuchar.

Después de unos instantes, las 3 Sakuras desmontaron para a continuación abrazar cálidamente a las demás chicas, e igualmente hicieron la presentación del nuevo Senescal y la Alta Consejera con todas las presentes. Al tocar el turno de abrazar a Ayami, Soyo solo pudo decirle algo intrigada: -Mhhh... pareciera que estuvieras algo decepcionada con nuestra presencia Ayami-chan-. La más baja solo pudo decir rápidamente: -No... no es eso, confío plenamente en todas sus habilidades, solo que... pensé que Riho mandaría también a todas las demás... o tropas-. Al escuchar eso, Shirai se acercó a ella a lo que le replicó con voz serena: -Riho me comentó que tal vez dirías algo parecido, pero quizás previendo eso te mandó esto- a la vez que de la bolsa de cuero entre sus ropajes, sacaba un sobre con el sello imperial estampado en él. Ayami rápidamente empezó a leer la misiva para a continuación comentarles a las demás: -Vaya... esto que plantea Riho es muy peculiar, pero lo discutiremos después del almuerzo, ya que el Senescal y su consorte nos han hecho la atenta invitación a compartir su mesa- a la par que en la lejanía veían como se acercaban a paso lento algunos carruajes. Después de haber ordenado a sus transportes que regresaran a la Arkadia, las chicas se pusieron en rumbo a la Residencia Monárquica, para así por las siguientes horas, reponerse del largo viaje que habían tenido desde Starlight.

Una vez que el banquete terminó, todas las Sakuras se dirigieron a una reunión privada en la enorme biblioteca de la mansión. Estando ya todas instaladas en sus asientos, Ayami pasó al frente de ellas y tomando la palabra les dijo con voz clara: -Primero que nada, agradezco la disposición de todas al acudir en nuestro auxilio, sé que todo fue demasiado apresurado, pero eso demuestra totalmente la unión y el compromiso que existe entre nosotras. Como Riho supongo que ya les informó, estamos ante una inminente invasión por parte del ejercito del Mal hacia este Reino, y por lo mismo nuestro actuar debe ser con celeridad para detener lo más pronto posible esa amenaza. Al unísono en el salón solo se escuchó la voz conjunta de las Sakuras diciendo: -¡Ai!-.

Dioses, Gemas y Monstruos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora