Lamelo, Edward +18

6

Cassandra, que dormía a la luz de la mañana, era noble y hermosa. El cuerpo, que había sido formado por el manejo de la espada, era firme y equilibrado sin grasa. La piel blanca que absorbía la luz parecía tan pura que daba pena tocarla.

Mientras Ed la abrazaba, Cassandra se durmió y se acurrucó en sus brazos. Él se mordió los dientes y se dirigió al baño. La acostó en el agua tibia y la lavó cuidadosamente. Al ver el líquido turbio que fluía por su muslo, sonrió amargamente, reprimiendo la lujuria que surgió de nuevo.

Ed era una bestia que renunció a ser humano.

Cuando abrió su coño hinchado el líquido turbio goteó. Cassandra se estremeció y frotó su cara contra su pecho. Cuando toco sus labios hinchados, ella lo abrazó y su mi pene temblaba mientras ella gemía suavemente.

Estaba molesto por su reacción, era como si le rogara que entrara dentro de ella. Tuvo que morderse los dientes y aguantar. Pero si seguía, ella podría huir de él.

Lavó a fondo su cuerpo. Mientras la beso por todas partes, dejando marcas de flores rojas en cada rincón de su cuerpo. El líquido turbio que había sido expulsado del útero estaba lleno y fluía por sus muslos nuevamente.

—Para que no te sorprendas por la mañana… Voy a limpiarte.

Reprimió el deseo de volver a llenarla, apretó su coño hinchado y metió los dedos. Cassandra gimió, abrió los muslos y me mordió sus dedos. Casi pierde la cabeza al verla llorar y derramar todo. Mientras raspa lentamente el área alrededor de su abertura vaginal, el semen acumulado goteaba.

—Puaj.

Su vagina mordió y chupó sus dedos. Sin darse cuenta, sus dedos se aceleraron y su respiración se hizo más pronunciada. Se arrodilló frente a ella y agarró su pene hasta que le dolió.

Su vagina frente a él, que estaba llena con su semen y el líquido de amor derramándose. Solo sostuvo su pene eyaculo largamente en su pecho. Mirando a una mujer dormida y masturbándose como un pervertido. ¿Cuál es la emoción que viene con la vergüenza?

Rápidamente lavó su cuerpo, para no perder el momento en que su pene se calmó. Al escuchar la situación en la parte baja de la espalda volvía a doler, gruñó con sus dientes y la abrazó y volvió a la habitación, jugando.

Con una mano, levantó la sábana de la cama y las reemplazó con una sábana limpia. Cassandra no puede despertarse hasta que la acueste sobre una sábana blanca y limpia. Alisó su cabello y besó su frente.

—¿Qué debo hacer para quedarme a tu lado?

Le dolía el corazón, de solo pensar en la mujer que estaba angustiada y llorando debajo de él. Lo hizo feliz con sólo mirarla.

Después de mirarla por un rato, se levantó. Era una habitación que usaba ocasionalmente, así que hábilmente encontró el ungüento. Separó ligeramente las piernas y aplicó el medicamento en el área desnuda e hinchada.

“Ah… si no hago esto. Seré odiado.”

Tuve que parar varias veces. Cerrando los ojos y conteniendo la respiración, vencí el deseo de abrazarla. Ella gimió cuando puso su dedo en su vagina para aplicar la medicina.

“Me está volviendo loco.”

No quería usar sus manos mientras la miraba dormir. Fue al baño y se quedó un rato bajo el chorro de agua fría. Apenas podía batallar con su deseo. Tuvo que aguantar hasta que su mandíbula temblaba y su piel se sentía entumecida.

                                                                          * * *

Abrí los ojos una mano suave que le hacía cosquillas en la cara. Cabello rubio y ojos violetas brillando bajo el sol de la tarde... Parpadeó, tratando de entender la situación. ¿Por qué esta desnuda delante de ese hombre?