Proyecto ¿Romeo y Julieta? ﻌ [Hyunlix] ☑

Acto 12

Las vacaciones habían comenzado, repetidamente los días se habían vuelto más húmedos, lloviendo casi todas las tardes.

Habían pasado cuatro días desde que Félix había quedado con Hyunjin de ensayar juntos, y seguía esperando un mensaje.

Todos esos días se la paso repasando el guion o leyendo algún que otro libro, además de conversar con Seungmin, ya que a Sunhee, le habían castigado su celular, para evitar reuniones con amigos y cosas así, a veces se preguntaba el porqué sus padres desconfiaban tanto de su hija, de una chica tan dulce como lo era su amiga.

Suspiro mientras dejaba el guion a su lado, estaba boca arriba sobre su cama, con los brazos extendidos y con sus pies al límite del colchón, aburrido, quizá, estresado, no había salido de su cuarto en esos días, que no fuera a para ir a comer, y eso solo iba a servirse lo que habían preparado y subía a comerlo, su padre seguía en casa, a veces salia por el trabajo en las tardes o por las mañanas, pero nuevamente ignoraba su existencia.

Volvió a suspirar, sonriendo en línea y moviendo sus pies en señal de aburrimiento, pensando en que hacer, no quería llamar a Changbin sabiendo que Hyunjin podría llamar en cualquier momento y Seungmin estaba entretenido tratando de arreglar el desastre en su casa, parecía que los Kim eran un desastre.

Tomó su teléfono, y con precaución, se giro dejándose caer sobre el costado derecho de su cuerpo, entrando a sus redes sociales.

Nunca fue alguien de muchos amigos, así que solo tenía notificaciones de sus grupos, bandas o actores favoritos, no había nada nuevo.

Ya no tenía series que ver, al menos no tenía interés en ver alguna.

Pensó en poner música, pero recordó que sus audífonos no tenían batería, que su madre seguro lo iba regañara y su hermana no le devolvería los que tenían cable, así que no podría hacer nada más.

Dejó su teléfono, miro el techo sin mover su cuerpo, su cabeza y un poco de su torso se movieron, pero fue lo único, y aunque era un poco incómodo, mejor se entretenía en buscar una posición cómoda, para lo que fuera que hiciera después.

Por ese momento, pensaba en Changbin, en ese niño, ¿cómo sabría si le gustaba o no? ¿Era posible tan siquiera? Dentro de él aceptaba que nunca antes había gustado de nadie, así que podría llegar a ser confuso, y lo era bastante.

Suspiro por quién sabe cuantas veces iba, odiaba las vacaciones, eran tiempos en los que estaba solo, en los que vivía en su mundo para no caer en la locura. Vacaciones en las que pasaba días recordando todos los momentos que vivía con sus amigos y, prácticamente, suplicaba por un poco de tiempo de sus amigos, de hablar con él aunque fuera por mensaje.

Suspiro frustrado, otra vez, queriendo que su celular vibrará y lo sacará de ahí, quería irse de esa casa sin importar nada, a veces pensaba en su primo, tomar en cuenta su pr...

Los pensamientos fueron interrumpidos por su celular, sin ver quien llamaba, contestó.

—¿Hola? —respondió.

—El señor Kim me dio tu dirección —la voz era de Hyunjin—, te espero afuera, ensayemos un poco.

Los ojos de Félix se abrieron como platos, se levantó a la velocidad de un rayo y prácticamente corrió hasta su ventana, donde claramente lo vió, a ese chico delgado y alto, con el teléfono cerca de oído, su largo saco oscuro y algo distinto, su cabello dejó de ser rubio.

—Espera un segundo, no tardo en bajar.

Rápidamente cortó la llamada y puso su teléfono a cargar, corrió a su armario, tomó un pans oscuro y una camisa blanca, se lo puso dejando su pijama en algún lugar de la habitación y después tomó su sudadera azul, favorita, y el conjunto que le había dado la señora Seo.