santa doesn't know you like i do

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"Well, maybe this Christmastime
You'll finally realize
That I could be the one
To give you everything you want"

Subí al ático con algunos regalos que mi papá había comprado, para que queden guardados ahí hasta el 25 a la mañana. Aún tengo una prima muy pequeña y cree en Santa Claus, así que, hay aún más delirio del que debería en esta casa.

Prendí la única lámpara del lugar, la cual alumbró bastante bien todo, pese a la oscuridad. Había muchas cajas, cosas de cuando yo era pequeña y bastante polvo. Definitivamente, había que ordenar ese lugar.

Me agaché y dejé los paquetes en el piso, pero mi vista se desvío solo un centímetro, para ver la caja de al lado: "RYAN".

La abrí con enojo, encontrándome con VHS, un reloj, un oso de peluche, algunos collares y una campera de jean. Todas cosas que él me había dado y videos que yo había grabado con mi cámara.

Me odié, pero agarré uno de los VHS y me fui para el living. Conecté la videocasetera al televisor, la prendí y la puse adentro.

Apareció él en primer plano sonriendo, con la ropa llena de harina.

-¿Qué estamos haciendo?- se escuchó mi voz detrás de la cámara.

-Yo, estoy haciendo una casa de gengibre- se rió- Y tu no estás ayudándome- filmé la casa a medio hacer sobre la mesa de mi cocina.

Caminé y acomodé la cámara en un lugar donde se nos pudiera ver a los dos y a la casita.

-Perdón, estoy documentando- le dije y lo abracé por el cuello para darle un corto beso en los labios.

Agarré el control remoto y adelanté unos minutos, para ver como la decorábamos juntos mientras nos reíamos, como me terminé sentado encima de la mesada al borde de caerme. Pero él siempre estaba ahí para atraparme, alzarme y abrazarme mientras no parabamos de reír.

Adelanté más y nos ví a ambos recostados sobre la nieve afuera. Recuerdo que habíamos ido a patinar sobre hielo al Central Park.

Adelanté más, hasta vernos a los dos junto al árbol, jugueteando entre nosotros y con los regalos y pausé directamente.

Al día siguiente, todo terminó. Después de esos lindos y perfectos momentos, todo se acabó. Me dejó sola en Navidad ¿Qué hice para merecer eso? ¿No podíamos quedarnos en ese momento? Seguir haciendo galletas hasta el fin de los días.

Las lágrimas caían por mis mejillas, pero finalmente entendí porque no había superado esto en tres años. No lo extraño a él, me extraño a mí. Extraño la persona que era cuando estaba con él, esa chica ya no está. No sé quien es.

Estaba tan feliz y odié acostumbrarme y meterme en la cabeza que él era la razón de esa felicidad. Nadie lo conoce como lo conozco yo, y por eso, todo el mundo me dice, que simplemente siga adelante.

Y lo más ridículo, es que cada Navidad espero que vuelva y que me diga que se equivocó y que yo soy la indicada.

Historias de Sabrina Carpenter 🎶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora